25 Nov 2019 08:56 AM

Patrullero perdió la visión de uno de sus ojos, tras ser atacado durante protestas en Bogotá

Héctor Santiago
Guaman Espinosa
El uniformado fue atacado el pasado viernes a la altura del puente de la Carrera Décima con la Calle Sexta.

Sin la visión de su ojo izquierdo, pero mostrando un coraje de valiente, está el patrullero de la Policía Metropolitana de Bogotá (Mebog), Walfren Enrique Narváez de 27 años de edad, luego de recibir una pedrada en el casco cuyas esquirlas le dejaron serias lesiones en la vista durante las refriegas del pasado viernes 22 de noviembre, en hechos ocurridos por los lados del centro de la capital del país. 

Ronald Patiño, compañero de labores del uniformado herido, dijo en la emisora La Cariñosa 610 AM de RCN Radio, que iba en la moto oficial a la altura del puente de la Carrera Décima con la Calle Sexta, junto a su colega, cuando de repente les salió una enfurecida turba que los encendió a piedra y palo. 

Los dos agentes del orden como pudieron se metieron debajo de la estructura de cemento, pero ya una pedrada había hecho de las suyas contra la cavidad ocular en la cara de Narváez, nacido en Santa Marta y con varios años en la institución. 

El patrullero Patiño comentó en el noticiero Alerta Bogotá que, de todas partes de este sector del San Bernardo, llovían elementos contundentes y fue necesaria la presencia del escuadrón antidisturbios para que los auxiliaran y los sacaran de ese infierno, porque a una ambulancia que intentó socorrerlos no la dejaron ingresar los vándalos que querían borrar de este mundo a los representes del orden. 

Por su parte, Diana Silva, esposa del patrullero Walfren Narváez, quien lleva tres años en la Policía, dijo que ese día se despidió de su esposo alrededor de las 2:00 pm y le pidió que se cuidara porque la situación había estado complicada el día jueves. A las 4:00 pm su esposo comenzó su jornada y fue herido de gravedad.

"Él me contó que estaba trabajando normal por la Av. Jiménez y comenzaron a lanzarles muchas piedras a los dos y su amigo manejó muy rápido porque les lanzaban palos y piedras y él dice que le entró una piedra muy grande que le partió el vidrio del casco", relató la mujer entre lágrimas.

Manifestó que no se explica cómo agreden a policías que lo único que buscan es el bienestar de la ciudadanía y que su esposo no está bien de ánimo tras lo sucedido. 

Contó que su esposo no está bien de ánimo tras lo sucedido. "Nosotros no entendemos porqué las personas se meten en contra de los policías, si ellos lo único que hacen es ayudar a las personas porque así como hay personas malas también hay personas buenas (...) es algo que nos duele mucho a todos y a su familia y nos tiene tristes. Para mí no es justo que le haya pasado esto a mi esposo ni a ninguno de los policías heridos en los disturbios en Bogotá".

El oficial Narváez tiene una hija pequeña de solo tres años.

La esposa del patrullero, de nacionalidad venezolana, se refirió también a la expulsión de 59 venezolanos que habrían supuestamente buscado infiltrar las marchas en Colombia para generar estos desórdenes.

Comentó que ella como venezolana le da pena y tristeza ver que unos pocos de sus compatriotas se portan mal en su país. "Me da pena porque así como muchos vinimos a trabajar humildemente, hay unos que han venido a robar y hacer otras cosas. Allá no salen a las calles a marchar y protestar y vienen a hacer eso en Colombia, no estoy de acuerdo, si la ley le tiene que caer a ellos tiene que ser así, no es nuestro país y eso es una falta de respeto".

Como esposa de uno de esos 341 policías heridos, le pidió a los ciudadanos entender que los policías también tienen familia e hijos.

Fuente
Alerta Bogotá