
A pesar del reciente anuncio de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) sobre la solicitud de ampliación de la Autopista Norte, entre las calles 191 y 245, las preocupaciones por las recurrentes inundaciones en esta importante vía de Bogotá siguen sin respuesta clara.
La concesionaria “Ruta Bogotá Norte” radicó ante la ANLA una nueva solicitud ambiental para llevar a cabo el proyecto de ampliación, rehabilitación y operación de la Autopista, en lo que se conoce como el Proyecto Accesos Norte Fase II. No obstante, aunque la propuesta busca mejorar la movilidad, no contempla soluciones definitivas para los problemas de drenaje y manejo de aguas lluvias que cada temporada de lluvias convierten la Autopista Norte en un verdadero río urbano.
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Obras de ampliación agravarían el problema ambiental
Según el comunicado oficial de la ANLA, el proyecto abarca cerca de 5,8 kilómetros de ampliación por cada calzada y se encuentra en proceso de evaluación, con un plazo máximo de 90 días hábiles para decidir sobre la viabilidad ambiental. Sin embargo, ambientalistas y residentes de la zona alzan la voz, cuestionando que, al igual que en el pasado, no se está priorizando la conectividad hídrica y ecosistémica de la región, especialmente en áreas cercanas a los humedales de Torca y Guaymaral.
De hecho, uno de los antecedentes más relevantes es que esta misma solicitud fue archivada en 2024 por falta de estudios técnicos adecuados, incluyendo un análisis profundo de los impactos sobre estos cuerpos de agua y sobre el drenaje natural de la zona.
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Además, líderes comunitarios han manifestado que los planes de ampliación no tienen en cuenta el creciente impacto del cambio climático, que ya está generando lluvias más intensas y frecuentes.
Mientras tanto, los miles de usuarios de la Autopista Norte deberán seguir enfrentando los embotellamientos y el caos que provocan las lluvias, a la espera de un proyecto que, hasta ahora, parece enfocarse solo en el cemento y no en las soluciones de fondo que necesita la ciudad.