Una fotografía de dos metros de largo por uno de ancho en la que Nathalia Jiménez y Rodrigo Monsalve aparecen abrazados, permanecía suspendida por cuerdas que la unían a dos árboles, simbolizando su amor por la naturaleza y los animales, en el Parkway, en el centro de Bogotá.
Sobre la tierra se encontraban las flores de varios colores, tamaños y especies, acompañadas por velas que encendían las personas en medio de un ambiente de tristeza.
"La recuerdo con mucho cariño, yo la vi nacer, crecer, desarrollarse como persona, encontrarse como profesional, la forma en la que ella le aportaba a la sociedad y a este mundo. Quisiera despedirla con el recuerdo y el abrazo de todas las personas que la conocieron y que lamentan, este vil asesinato de ella y de Rodrigo", aseguró Juan Claudio Cáceres, tío de Nathalia.
Homenaje a pareja asesinada en el norte del país
El silencio que guardaba el dolor de quienes conocieron a la pareja, se sentía en el ambiente pero fue interrumpido por el profesor de Yoga de Nathalia, Kripa Rama, quien pidió a los asistentes que clamaran por la paz.
"El cuerpo es temporal pero el alma es eterna y pues el alma continúa en su viaje hacia la transcendencia. Este homenaje es una oración para que siendo ellos, unas buenas personas, hayan podido seguir adelante y tengan un nacimiento más elevado en su próxima vida".
El profesor recordó a quien fue primero su alumna en las clases de yoga y luego su amiga.
"Una persona que siempre sonreía, sincera, ella era muy sensible por los animales, por la madre tierra, por el entorno. Nathalia estaba en constante búsqueda de crecer espiritualmente, con su familia y con aquellos que cuidaba".
Alejandro Ocampo amigo de la pareja con una flor blanca que sostenía en sus manos, se sumó al homenaje.
"Esta flor simboliza lo que ellos representaban, esa luz y ese amor a la naturaleza, ellos siempre pensaban en cuidar la Sierra Nevada de Santa Marta y en proteger a los animales".
La última vez que abrazó a sus amigos, fue en su boda frente al mar.
"Nos quedamos el viernes y el sábado en la 'oda al amor', que fue lo que ellos celebraron, fue un ritual muy espiritual en el que estaban las personas más cercanas a ellos. No fue un matrimonio común sino un evento, lleno de magia y de emoción", aseguró.
Mientras unos llegaban con flores, otros simplemente prendían velas y cerraban los ojos y por algunos minutos permanecían sin moverse pero visiblemente conmovidos.
Homenaje
Clara Solano, directora de la Fundación Natura, entidad en la que durante ocho meses trabajó la víctima, recuerda su inmenso amor por la vida en todas sus formas.
"Ella tenía algo que la hacía aún más especial, era amante de los animales, con un corazón muy grande que le permitía conectarse rápidamente con las comunidades; tenía mucho conocimiento sobre el caribe colombiano. Una persona que protegía la vida en todas sus formas y a ella no se la protegieron (...)".
'Lola' es el nombre de la perra que Jiménez logró rescatar de las calles y que luego de curarla, la entregó en adopción a su mejor amiga.
Debajo de la fotografía permaneció el animal, que vigilante acompañó el homenaje al que asistieron más de 100 personas.
Lola