Algunos residentes en el casco urbano del municipio de Villeta, en Cundinamarca, denuncian que en el cementerio del pueblo se llevó a cabo el entierro de un veterano hombre a las 12 de la noche y por estos días de luna llena.
Uno de los vecinos cercano al campo santo comentó que vio cómo, en medio de la penumbra, ingresó una retro excavadora al lugar donde reposan las almas del pueblo para abrir un hueco donde, supuestamente, depositaron el cadáver de un adulto mayor envuelto en una bolsa de plástico que bajaron de un coche fúnebre.
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Al averiguar al día siguiente, a los inquietos moradores de la zona les habrían comentado que efectivamente se trató del entierro de unos restos mortales de un señor de 85 años de edad, a quien nadie reclamó y por eso se depositó en esa fosa.
Los denunciantes afirman que ‘no comen cuento’ a esa versión y creen que se trataría de un ‘finado’ por Covid–19 al que sepultaron en ese sitio con la compañía de solo cinco personas, las cuales tal vez no querían que en la región se enteraran de dicha muerte.
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