Enfermera de Puente Aranda que le dio cuchillo a su esposo e hijos va a la cana
En la noche del 24 de marzo de 2019, Gloria Aide Huertas tuvo una fuerte pelea con su esposo, el carabinero de la Policía Metropolitana de Bogotá, Iván Arturo Zorro Penagos. Tras aprovechar que el uniformado se había quedado dormido en uno de los sillones tomó un cuchillo y lo atacó en repetidas oportunidades hasta causarle la muerte.
Acto seguido, se dirigió hasta la habitación en la que dormían sus hijos de 7 y 10 años y los atacó con el cuchillo. Los gritos de los menores de edad alertaron a los vecinos que inmediatamente llamaron a la Policía que rápidamente llegó al apartamento 510 del conjunto Parques de Primavera en la localidad de Puente Aranda, en el centro de Bogotá.
La mujer les aseguró a los policías que su esposo había asesinado a los niños y había intentado atacarla por lo que ella había tenido que defenderse, hecho para lo cual les mostró sus brazos con marcas de cortadas. Inmediatamente la enfermera de profesión fue trasladada a un centro de atención.
Sin embargo, tras realizar la recolección de las pruebas, las autoridades encontraron que existían muchos vacíos en la narración de la mujer y en la forma en cómo se habrían dado los hechos. El informe médico les permitió establecer que Huertas se había hecho ella misma las cortadas con el cuchillo.
Los testimonios de los vecinos que señalaban que los gritos que provenían del apartamento esa noche eran gritos del agente de la Policía que pedía ayuda y de los niños, hecho por el cual se pudo fijar la hoja de ruta del cruel asesinato.
En el interrogatorio, que se llevó a cabo en el mismo hospital, la mujer reconoció que en efecto ella había sido la determinadora de los asesinatos, hecho por el cual fue trasladada hasta el complejo judicial de Paloquemao para la respectiva imputación de cargos.
En dicha audiencia, la Fiscalía General reveló que la mujer había tenido una pelea con su esposo por una supuesta infidelidad, de la cual ella tenía pruebas. La discusión empezó en una discoteca que solían frecuentar y se extendió hasta el apartamento en el que vivían desde hace algunos meses.
Huertas, como revelaron las pruebas, hizo 45 llamadas a un teléfono celular, asegurando que necesitaba preguntarle a una mujer si en efecto ella tenía una relación sentimental con su esposo, lo que generó que la discusión fuera más tensa.
Después de eso, espero a que su esposo se quedara dormido en uno de los sillones de la sala. Tras escuchar la narración de la Fiscalía General, la mujer reconoció su responsabilidad en los delitos imputados.
Este miércoles, tras más de un año, un juez de conocimiento de Bogotá condenó a la mujer a 50 años de prisión. En el fallo se cuestionó su actuar, la manera predeterminada en que tomó la decisión de atentar contra su esposo y sus hijos y lacerarse con el fin de cambiar la versión de los hechos.
“La enfermera Gloria Aude Huertas tomó un arma cortopunzante, atacó a su esposo, quien en ese momento estaba ebrio sobre un sillón de la sala de su casa y, para ocultar el delito y no dejar testigos se dirigió a la habitación de sus hijos de 7 y 10 años y los asesinó fríamente, ante el clamor y el llanto desesperado de los niños”, relató el juez.
El funcionario judicial reclamó que no respetara siquiera la vida de sus hijos y con sangre fría los asesinara. “Fue un acto increíble, abominable, que solo cabe en la cabeza de una mujer desquiciada, sin valores, sin el mínimo respeto por la vida”.