Habitantes de municipios aledaños a Bogotá atrapados en el caos vehicular

La movilización de los camioneros en protesta por el incremento en el precio del ACPM (diésel) ha sumido a Bogotá y sus municipios aledaños en un verdadero caos de tráfico. Las manifestaciones, que comenzaron en la capital, se han extendido a diferentes localidades de Cundinamarca, afectando gravemente la movilidad de miles de personas que dependen de estas vías para su día a día.

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Puntos críticos de bloqueo

De acuerdo con las autoridades de movilidad y reportes de redes sociales, los puntos más afectados incluyen:

1. Funza: En este municipio, los manifestantes han bloqueado varias calles utilizando llantas incendiadas, lo que ha provocado un colapso en el tránsito local y dificultades para ingresar o salir de la zona.

2. Mosquera: El acceso a la calle 13, uno de los principales corredores hacia Bogotá, está completamente bloqueado. Los vehículos que intentan ingresar a la capital se encuentran atrapados en largas filas, y la situación en Mosquera se agrava con el pasar de las horas.

3. Variante Cota - Chía: En este tramo, a la altura del sector conocido como El Noviciado, se reporta un bloqueo total en ambos sentidos. Las autoridades recomiendan a los conductores evitar desplazamientos hacia esta ruta debido al riesgo de quedar atrapados en el tráfico sin salida.

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Recomendaciones de las autoridades

La Secretaría de Movilidad de Cundinamarca ha emitido un llamado urgente a los residentes de estos municipios para que limiten al máximo sus desplazamientos, advirtiendo que los bloqueos podrían extenderse durante gran parte del día. Aunque las autoridades están trabajando para restablecer el flujo vehicular, la situación sigue siendo incierta y volátil.

Impacto para los habitantes

Los residentes de los municipios afectados, como Funza, Mosquera, Cota y Chía, están viviendo un verdadero viacrucis. Muchos de ellos dependen de estas rutas para ir a trabajar, estudiar o realizar trámites en Bogotá, pero las opciones de movilidad se han reducido drásticamente, obligándolos a buscar rutas alternativas o, en algunos casos, simplemente a quedarse en casa.

Esta situación ha dejado en evidencia la fragilidad de la infraestructura vial que conecta Bogotá con sus municipios vecinos, ya que cualquier bloqueo o interrupción del tráfico genera rápidamente una parálisis total. Los ciudadanos siguen esperando una solución mientras el conflicto entre los transportadores y el gobierno continúa.

Con los bloqueos en aumento, se espera que la crisis de movilidad empeore si no se llega a un acuerdo pronto, afectando a miles de personas que diariamente deben enfrentarse a las largas filas y retrasos.