Caminar por algunas calles del barrio María Paz es encontrar los andenes abarrotados de corotos, de colchones manchados y viejos, de viejas carcasas de licuadoras, de zapatos rotos. Es encontrar enormes carretas llenas de todo tipo de elementos, multitudes vendiendo. Todo parece apuntar a una dinámica de comercio informal, pero también en ciertos puntos, a una fachada.
“Aquí hay gente buena y hay gente mala. Aquí puede conseguir a un sicario, a un matón”, esto comenta con disimulo y en medio de la algarabía uno de los vendedores. Mantiene la cabeza agachada; en sus manos sostiene el reloj desbaratado de un niño; intenta arreglarlo. ¿Qué más hay en María Paz que a simple vista no se ve?, preguntamos.
“Uno no puede hablar de eso, aquí están los grandes capos…aquí no se puede hablar, esto es un mercado negro. Aquí puede encontrar hasta armamento”, afirmó.
El barrio María Paz está ubicado en la localidad de Kennedy, suroccidente de Bogotá, cercano a Corabastos, la central de abastos más grande del país. Hay quienes comparan esta zona con lo que un día fue El Bronx.
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“Esa es la pantalla de ellos, vender cosas viejas. La estrategia es vender corotos. En el barrio María Paz estamos invadidos de armas, drogas, todo lo que había en el Bronx”, coincidieron en afirmar algunos vecinos.
El Bronx considerado como el lugar donde más se vendía drogas en el país y habitado por miles de personas en condición de calle, estaba ubicado a pocos metros del batallón de reclutamiento del Ejército, en el centro de Bogotá. Luego de su intervención en el 2016, hubo una expansión en diferentes zonas de la ciudad del drama social que allí se vivía. Así lo cuentan quienes un día vivieron ahí.
“Yo entraba y salía del Bronx. El Bronx era como una hacienda de vacas, y la cerraron. Entonces como la gente ahora no se puede congregar en un solo lugar, pues se dispersa, se va”, indicó un hombre que habitaba en esa zona
Otro comentó: “El Bronx se ha metido en las casas aledañas, porque El Bronx sí lo acabaron, pero se ha metido en por los alrededores, parecen arañas. Como si se tratara de una telaraña se mete por todo lado”.
Y esta araña llamada Bronx está tejiendo una nueva tela en varias calles del barrio María Paz. Así lo afirma, una mujer que cubre su cabeza con la capucha de su suéter. Tendría problemas si la descubren hablando de lo que allí sucede.
“El barrio María Paz ya es un segundo Bronx. No es solamente un tema de espacio público, es venta de droga, venta de armas, venta de vicios. Es una pantalla para la delincuencia, para la drogadicción y para todo tipo de maldad”, dijo.
Seguimos caminando por las diferentes zonas de María Paz; intentamos no tropezar con los productos usados y hasta magullados que están expuestos para la venta. Una de las calles que transitamos es conocida como ‘Cartuchito’, nombre que hace alusión a lo que un día fue ‘El Cartucho’ en el centro de Bogotá, un extinguido sector reconocido por la violencia y el peligro.
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“Lo que pasa es que desde el centro sacaron a toda esa gente, así que los habitantes de calle se vinieron para acá, para el sector de Corabastos donde se maneja la plata. La mayoría se vino para este lado, por eso se llama El Cartuchito. Y es que, hacia el lado de arriba, por los lados de la puerta ocho, puerta seis de Corabastos, se ve de todo: drogas, licor, prostitución. Es complicadito, pero cuando ellos lo conocen a uno, no se meten con nosotros”, indicó una mujer que prefirió reservar su nombre.
Para entender un poco más lo que ocurre en algunas calles de María Paz, una persona nos pide detenernos y fijarnos en un puesto donde simulan vender zapatos. La escena corresponde a la disimulada compra y venta de droga. En otros puestos, pasa lo mismo. Pasan también quienes consumen bazuco, como Alexander, quien tiene sin pudor el polvo blanco almacenado en un papel brillante. ¿Dónde se consigue?, indagamos.
“Pues normal, por las esquinas, por los laditos. Uno se acerca, la compra, la fuma, y ya”, comentó.
Y así es como parecen ocurrir las cosas en María Paz, por los laditos, como dice Alexander. Aunque es una realidad evidente, es poco divulgada. Una realidad que se habla en voz baja, aunque a los gritos muchos ya estén advirtiendo que es el nuevo Bronx de Bogotá.
“Secuestrados en sus propias casas”, así es como aseguran sentirse habitantes del barrio María Paz
La presencia de narcotraficantes que se camuflan en medio de carretilleros y recicladores, ha convertido a varias calles del barrio María Paz, en pasajes por donde apenas si se puede transitar.
Algunos de quienes aún se resisten a dejar sus casas y los negocios que construyeron durante varios años en la misma zona, ahora portan armas de fuego para defenderse.
Ernesto* se muestra temeroso mientras intenta abrirse paso en medio de las calles por las que apenas se puede caminar. Los ‘coroteros’, desde los andenes a lado y lado extienden plásticos en el suelo sobre los cuales se puede ver billeteras, correas, partes de juguetes, zapatos, ropa, calculadoras, televisores y hasta colchones usados.
Hace ya varios meses que Ernesto no puede salir de su casa fácilmente, porque hasta en su puerta arruman material reciclado.
“Honestamente nos tienen secuestrados en nuestras mismas casas, aquí llegaron cuando los sacaron del Bronx y ahora prácticamente quieren adueñarse de nuestras casas”, dice el hombre que ha vivido en el barrio desde su creación, hace 32 años.
Una fachada para el narcotráfico
Desde las primeras horas de cada mañana por una de las principales vías del sector, un olor fuerte se combina con el humo que sobre la calle es constante. En medio de la oferta permanente de elementos reciclados, varias personas fuman lo que parece cigarrillos.
Fernando*, dice que ha hecho todo lo posible para mantener su empresa y no salir del sector a pesar de la presencia de vendedores de drogas.
“La olla la tengo aquí al lado, me cambian de ‘dealers’ (vendedores de drogas), cada dos horas, vendiendo bazuco”, dice.
Fernando muestra una pistola automática guardada en una especie de maletín, con la que, asegura, ha logrado un pacto de no agresión por parte de los dealers que rondan esa calle.
“Me toca andar armado e incluso me he dado bala con esta gente como si fuera un delincuente, he tenido problemas y la misma policía sabe, pero luego me devuelven el arma”, dice mientras califica lo que ocurre ahí se asemeja al Viejo Oeste.
En una de las cuadres, muy cerca del lugar en donde están los recicladores, hay un inquilinato. Al lugar solo pueden entrar quienes han sido autorizados.
“Allí están las piezas y consumen, es muy tenebroso, como el antiguo Bronx, cobran diez mil pesos por pieza y usted ahí puede hacer lo que quiera”, advierte Fernando.
Cada nuevo paso por una de las dos calles con mayor presencia de personas, representa una nueva advertencia. A pesar de acciones disimuladas se nota que hay venta de drogas y consumo en plena calle.
Marina*, dice que de los 18 años que lleva viviendo en el sector, hasta ahora, al asomarse por su ventana, ve lo que mostraron los medios de comunicación, sobre el Bronx hace 6 años.
“Aquí se está viviendo todo lo que se vivía allá, solo que no lo quieren hacer visible, pero los ‘coroteros’ son solamente una fachada para poder mover todo lo que se mueve acá, incluso armas”.
Revela la mujer que hay un ambiente de zozobra entre los vecinos, pues “no hay por donde salir de las casas y cuando se pide permiso llegan las amenazas, de una vez con puñal, con armas de fuego, disparan al aire para intimar a la comunidad”.
Sin homicidios, pero con el control de la venta de estupefacientes
Con el paso de los días, los habitantes han empezado a reconocer las dinámicas delincuenciales. Ya saben cómo funciona la venta de estupefaciente e incluso reconocen que hay estructuras dominantes.
“Son una mafia organizada, mujeres, niños y gente grande. Llevamos siete meses en paz, pero los comentarios señalan que la olla la maneja una sola persona; antes había rivalidades y muertos, ahora que no hay muertos ya no le importa a la Policía, pero igual hay consumo, venta y de todo”, puntualiza Fernando.
Desesperación fue la palabra recurrente en la que coincidieron la mayoría de personas que accedieron a dar su testimonio. Afirman que entienden la problemática de drogadicción no atendida y, aún más grave, sostenida por la venta de drogas en el mismo sector.
Los habitantes de María Paz dicen que, a pesar de las denuncias constantes, de decisiones judiciales para desalojar la zona y del llamado a las autoridades, no hay respuestas. Aseguran temer, estar cerca de un punto de no retorno en el que la delincuencia tome control total.
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Expertos hablan de 'la expansión del Bronx'
Andrés Nieto, profesor universitario, experto en temas de seguridad, se refirió a lo que él denomina 'la atomización' que se presentó luego de la intervención del Bronx.
"Aquí tendríamos que ver que, con este proceso de intervención se atomizaron unos líderes que intentaron crear nuevas estructuras en otras partes de la ciudad, y que también intentaron luchar con esas estructuras que ya estaban en los barrios. Empezaron a enfrentarse en las localidades de Kennedy, Bosa, de Rafael Uribe, San Cristóbal, Engativá y Fontibón. Además, se trasladaron a barrios cercanos en el centro de la ciudad como San Bernardo y Las Cruces, generando una atomización de esas luchas por el micro tráfico de nuevas líneas de distribución, de luchas con bandas en los barrios, y que muchas de ellas sobrepasaron las fronteras", dijo.
Y agregó que "hay dos mitos que hay que quitar: el mito relacionado con que el habitante de calle es el líder de las bandas, no lo es, si lo fuera, no sería habitante de calle; y el mito que indica que con el Bronx se acabó todo, no, lo que ocurrió fue que se transformó...es por eso que hay nuevas formas en las que se mueve la droga en María Paz, en la parte alta de San Cristóbal, en toda la frontera entre Usme y Rafael Uribe, entre otros".
¿Qué dicen las autoridades?
Al consultar a través de su oficina de prensa al secretario de Seguridad, Aníbal Fernández de Soto, sobre las denuncias de expansión del drama social del Bronx luego de su intervención, respondieron que por las diferentes ocupaciones del funcionario no le era posible referirse al tema.
*nombres cambiados por petición de las fuentes.
Por: Javier Jules y Herlency Gutiérrez
“En Bogotá hay un nuevo Bronx y está en el barrio María Paz”, denuncian los habitantes de ese sector
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