A la cárcel mujer que habría asesinado a sus dos hijos y su marido patrullero
La jueza 21 de control de garantías envió a la cárcel a Aidé Huertas Riaño, procesada por presuntamente haber asesinato a su esposo, el patrullero de la Policía Iván Arturo Zorro y a sus dos hijos menores de edad.
La funcionaria judicial determinó que debido a la gravedad de los hechos materia de investigación y a la existencia del riesgo que la procesada no se presente a la continuación del proceso judicial si es dejada en libertad, situación por la cual era necesario emitir una medida restrictiva.
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En su análisis jurídico, la jueza manifestó que existen elementos para inferir que la mujer atacó con arma blanca a su pareja sentimental y sus dos hijos de siete y diez años de edad y posteriormente intentó ocultar los hechos autoinfringiéndose heridas con un cuchillo.
“La incriminada no tendría reparo alguno en adelantar las mismas acciones contra cualquier sujeto cercano o a un desconocido, teniendo en cuenta su actitud volátil para asumir cualquier complicación que se presente en su diario vivir”, precisó la funcionaria judicial.
En este sentido señaló en el ataque se presentó una sevicia para ocasionar el mayor daño posible a su esposo, para lo que utilizó un arma blanca. Por la gravedad de las heridas provocadas el patrullero falleció casi que de inmediato.
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En su decisión tuvo en cuenta el hecho que cuando fue encontrada por un vigilante del edificio en el que vivía y su hermana, la mujer les aseguró que su esposo la había atacado con arma blanca, mostrando para esto sus brazos con lesiones de cortadas.
“Esto sin perderse de vista la posible hipótesis que las heridas que yacen en su humanidad son autoinfrigidas pues si se observa detenidamente las ocasionadas en los brazos no concuerdan con maniobras desplegadas con el propósito de evitar una agresión”, reseñó.
En este punto calificó los hechos materia de investigación como “graves”, haciendo énfasis en que hasta el momento no se encuentra una justificación de los motivos que la llevaron a atacar de esta forma a su esposo y a sus hijos.
“Demostró una total apatía ya que en ningún momento, pese a la gravedad de la situación fáctica, procuró activar algún conducto regular, es decir, no puso en alerta de las autoridades lo ocurrido en la madrigada del 24 de marzo.
La reacción natural de una víctima de estos sucesos es clamar por ayuda de una u otra manera, más si se encuentra la integridad de sus hijos. En este caso brilló por ausencia”, señaló.
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En este caso –narró- nunca tomó las medidas obvias para recibir algún tipo de atención por parte de las autoridades competentes.
“Las víctimas en este caso, aparte de su pareja sentimental, se trata de dos menores de edad”; precisó la jueza al señalar que la posible pena que se puede imponer en este caso supera los 30 años de prisión, hecho por el cual la procesada podría realizar diferentes conductas para evadir el actuar de la justicia.
En la audiencia celebrada el pasado lunes, la Fiscalía General le imputó el delito de homicidio agravado. En su hipótesis del caso, el ente investigador indicó que la mujer habría atacado a su pareja sentimental después de sostener una fuerte discusión por un aparente caso de infidelidad.
Las pruebas recolectadas indican que la procesada lo atacó en seis oportunidades con arma blanca –dos en el pecho y cuatro en la espalda- mientras se encontraba durmiendo en el sofá del apartamento.
Acto seguido se dirigió al cuarto donde se encontraban sus hijos y los agredió con el arma blanca. Poco después de esto, se comunicó con su hermana advirtiéndole que había asesinado a su esposo porque él había atacado a sus hijos.
Para comprobar su dicho le envió tres fotografías a su hermana del cuerpo sin vida de su esposo sobre un montón de ropa sucia. El fiscal del caso sostuvo que no era la primera vez que la mujer amenazaba o atacaba a su marido.
Según el relato de los vecinos, familiares y amigos de la pareja, eran continuas sus discusiones y pelas. Uno de los principales motivos eran los celos enfermizos que tenía ella y un aparente caso de infidelidad.
La defensa de la mujer presentó recurso de apelación al considerar que no se tuvo en cuenta el estado en el que se encontraba su defendida.