La Personería de Bogotá denunció que las obras de la Alcaldía, la tala de árboles, los vertimientos de aguas negras y de basuras, así como la falta de control por parte de las autoridades, tiene en "grave peligro" de contaminación al humedal Juan Amarillo.
De acuerdo a la Personera Carmen Teresa Castañeda, los contratos de la Empresa de Acueducto de Bogotá por cerca de $50.000 millones y del Instituto de Recreación y Deporte de $30.000 millones para la construcción de la infraestructura en la zona de manejo y de preservación ambiental y áreas aledañas.
“No contemplan recuperar el humedal, dar cumplimiento al plan de manejo ambiental, ni enfrentar sus graves problemas de contaminación", señaló la funcionaria.
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Según los hallazgos de la Personería, sólo se contrató la construcción de 2 umbrales, 2 puentes, 3 miradores, una pasarela elevada, una calzada dura de 3 metros de ancho para peatones y ciclistas, canchas sintéticas, aula ambiental, baños, zonas de juegos, zonas administrativas, zonas comerciales concesionables, entre otras obras.
Tala y vertimientos
En la última visita de la Personería al humedal se evidenció tala de árboles (acacias), más vertimientos de aguas negras en volúmenes que comprometen según la Personera “la salubridad del ecosistema acuático, perros ferales (salvajes) que atentan contra la fauna del humedal y ocupaciones ilegales en la zona de manejo y preservación ambiental y en la ronda del parque”.
Además, la Personería encontró una inadecuada disposición de biosólidos en la franja terrestre del humedal, presencia de basuras y material de construcción y demolición.
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Se evidenció también una ocupación ilegal de la franja terrestre del humedal, de cambuches con residentes permanentes que colonizan el suelo, impactando con residuos sólidos y líquidos el ecosistema, ahuyentando y poniendo en riesgo la fauna silvestre.
“Las obras implican riesgo al ecosistema, pues la obra cortara la franja terrestre, impidiendo la infiltración y escorrentía de aguas lluvias, situación que altera la morfología del terreno y generará retención de aguas o encharcamientos que impactaran sobre suelo, flora y fauna y obligara a más obras civiles de drenaje para garantizar desagües hacia la franja acuática”, señala el informe de la Personería.
Agrega la entidad que "sobre el borde norte del humedal hay un jarillón (carreteable) de unos 2 metros de alto con respecto a la lámina de agua, para control de inundaciones, el cual es utilizado para el paso de la maquinaria y equipos para la obra, este altera el funcionamiento hidrológico del humedal".