Las pruebas claves en el caso de muerte de soldado en Facatativá

El Ejército Nacional abrió una investigación por la muerte del cabo tercero Francisco José Pardo Olivero. El cuerpo sin vida del joven apareció en una de las habitaciones donde él dormía, en el batallón de apoyo y servicios para las comunicaciones, ubicado en el municipio de Facatativá, Cundinamarca, antes de la extraña muerte, el uniformado había grabado un video donde se despedía.

El cabo tercero también dejó un audio donde señala a un mayor del ejército por arruinarle la vida. “Gracias, mi mayor López, gracias por arruinar mi vida, muchas gracias, algún día te voy a ver en el infierno, te voy a odiar con mi vida, voy a pagar mis pecados en el infierno, pero algún día te veré en el infierno".

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Francisco era oriundo de Santa Marta, sus familiares son residentes del barrio primero de mayo, ubicado al sur de la ciudad.

De acuerdo con las primeras informaciones, el militar se dirigió a su habitación después de finalizar sus labores diarias. Poco después, sus compañeros escucharon una detonación. Al entrar en la habitación, encontraron el cuerpo del samario con un disparo en la cabeza.

Por otra parte, se conoció de manera preliminar, que el cabo presuntamente tenía tres investigaciones, una de ellas por supuestamente salir de las instalaciones militares sin boleta de salida.

Otra de las hipótesis es que, la muerte del soldado ocurrió tras rencillas que tenía con un mayor que haría parte de los cargos superiores en la unidad militar, dicha hipótesis toma fuerza, porque en el audio que grabó el soldado antes de morir, señala al mayo López por arruinarle la vida.

Además, el cabo tercero Francisco José Pardo Olivero, había escrito una carta tres meses antes de su muerte, donde expone que estaba siendo acosado por el mayor Andrés Felipe López Ayala, la víctima asegura que el mayor le pedía la baja, y tenía repudio a las personas de la costa Caribe.

La carta fue escrita por el samario a mano, y enviada al ministerio de defensa y al comando general de las fuerzas militares del Ejército.

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En uno de los apartes de la carta, el uniformado Francisco José Pardo Olivero, dijo, “denuncio acoso, hostigamiento, persecución el día 23 de marzo de 2024, delante de los demás subalternos”.

En la carta indica que, durante la formación de iniciación del servicio, “Frente a mis subalternos, me empezó a hostigar diciéndome: ‘¿Qué pasa que no pide la baja?, ¿qué espera?, si me dio la palabra’. Y esa es una de las situaciones que vivo enfrentando a diario, así como el odio que tiene a las personas de la región Caribe, ya que él no comprende la inclusión cultural”.