La Fiscalía General de la Nación advirtió este martes que "no cabe ninguna duda" que los hermanos Francisco y Catalina Uribe Noguera son responsables de los delitos que se le imputan, en el caso del asesinato de la niña Yuliana Samboní.
Durante el segundo día de juicio en los juzgados de Paloquemao, en Bogotá, el organismo acusador indicó que tiene certeza "de la responsabilidad de los acusados y así lo demostrará en el caso".
Los imputados son señalados por la Fiscalía de haber ocultado información para proteger a Rafael, su hermano menor, quien fue condenado a 58 años de cárcel por el crimen de la niña Yuliana Samboni quien fue secuestrada, torturada y asesinada el 4 de diciembre de 2016.
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Los hermanos Uribe Noguera son procesados porque, según la Fiscalía, habrían accedido a sus celulares para borrar llamadas y conversaciones vía WhatsApp, sobre los hechos ocurridos antes y después del secuestro y asesinato de la menor, mientras Rafael Uribe Noguera se encontraba internado en una clínica.
Durante la audiencia, la Fiscalía General de la Nación reveló un listado con 43 llamadas desde el celular de Catalina Uribe, 22 salientes y 21 recibidas, en los días en los que ocurrió el asesinato de niña Yuliana.
Además, según la investigación, Francisco y Catalina llegaron al apartamento donde ocurrieron los hechos el día 4 de diciembre y permanecieron allí por cerca de dos horas, mientras realizaban llamadas a familiares y abogados.
En la primera jornada del juicio, la Fiscalía presentó varios testigos asegurando que tiene pruebas contra los hermanos Uribe Noguera por la supuesta manipulación de información para beneficiar a su hermano Rafael.
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Leonardo Gómez, el médico que atendió a Rafael Uribe Noguera en la Clínica Navarra, fue una de las personas que habló durante la diligencia. Aseguró que Uribe Noguera llegó a la zona de urgencias con síntomas de problemas cardíacos, al parecer, por el consumo de sustancias psicoactivas.
Gómez relató los procedimientos que se llevaron a cabo y aseguró que familiares de Uribe Noguera que se encontraban en esa clínica no permitieron su traslado a un centro asistencial donde pudiera ser atendido en mejores condiciones.
"Yo le expliqué a la hermana que en ese momento estaba pasando por un síndrome coronario agudo, obviamente eso es una urgencia y si no se hace un tratamiento a tiempo puede la persona morir o quedar con falla cardiaca", explicó.
"En el último contacto que tuve con él (Rafael) fue para explicarle qué era cada medicamento que le había mandado, con las inyecciones que son anticoagulantes. Ya después lo dejé en sala general porque vi que no había necesidad en ese momento de pasarlo a cuidados intensivos", continuó.