Según advierte un documento de la Contraloría Distrital de Bogotá, la primera línea del Metro elevado de la ciudad se contrató sin estudios terminados, desestimando el modelo subterráneo, que estaba más avanzado.
“Los estudios del metro subterráneo llegaron a un nivel de ingeniería básica avanzada, mientras que los del elevado solamente alcanzaron el nivel de factibilidad”, dice el ente de control.
“Se hace necesario llevar los estudios del proyecto del metro elevado a una definición más detallada, para determinar de manera más precisa su costo y sus bondades frente a los del metro subterráneo”, añade.
De igual forma, el informe plantea una duda final respecto a la ejecución del metro, en comparación con el proyecto subterráneo.
“Persisten algunas inquietudes, como por ejemplo, en qué medida las estaciones planteadas para el metro elevado, su entorno y la renovación urbana que se requiere, genere externalidades que afecten en tiempo y en dinero el nuevo proyecto”, afirma.
Según la Contraloría, esa situación difiere con el proyecto subterráneo, pues la construcción de este tipo de estaciones y la renovación urbana “implica modificar parte de la infraestructura y las construcciones de la ciudad, para adaptarla a nuevos usos y a diferentes actividades”.
“Para lo cual se requiere cambiar el ambiente urbano de una manera bien planificada, pues el estudio de factibilidad no es suficiente para detallar con mayor certeza estos eventos”, agrega.
Para Juana Afanador de la Red de Veeduría del Metro de Bogotá “faltaron una serie de estudios de Geotecnia y de suelos. Yo sin estos estudios no puedo hacer una oferta, proponer un costo aproximado real de lo que me va costar la obra, porque sin esto no puedo hacer diseños”.
“Estos estudios no estuvieron listos en el momento que se abrió la licitación. Lo que dice la Contraloría va de la mano de las denuncias que hicimos sobre la falta de estudios”, puntualizó.
“Es una discusión fundamental en la que debe entrar la ciudadanía (...) un proyecto de renovación urbana debe ir de la mano de la ciudadanía, este es un de los puntos más importantes de discusión”, añadió.
“Este metro no puede hacerse a espaldas de la ciudadanía, también hay puntos que pueden afectar. Una línea elevada tiene problemas de seguridad (...) la Contraloría señala que los beneficios que traerá justifican los costos y procesos, pero ahí volvemos a nuestra denuncia, ¿cuáles costos? En este momento no tenemos una cereza del costo real de la primera línea”, finalizó Afanador.