Clara Inés Martínez, recicladora desde hace 40 años y miembro de Asoredes, uno de los gremios de recicladores en Bogotá, denunció ante en Congreso que el reciclaje es 'muy mal pago'.
Clara Inés quien trabaja reciclando en las zonas de Chapinero y Usaquén, contó a varios representantes a la Cámara en el Congreso que "todos se llevan el mérito del reciclaje, menos los que tenemos que meter las manos a la bolsa para separar lo que sí es reciclaje".
Afirmó además que los intermediarios "se están quedando con el dinero del reciclaje y a nosotros nos dejan las migajas".
"Nosotros le vendemos a los intermediarios, a los bodegueros. No tenemos cómo vender lo que reciclamos directamente a la industria porque ellos reciben el reciclaje compactado con máquinas y nosotros no las tenemos", relató.
Denunció ante los congresistas que "ellos (los bodegueros) nos compran el reciclaje como ellos quieren. Debemos someternos a eso porque no nos ofrecen lo que realmente vale nuestro trabajo".
Relató que mientras una tonelada de material reciclado revuelto la pagan a 80 mil pesos, los intermediarios la venden a la industria en tres millones de pesos.
Según cifras de la Cámara Ambiental del Plástico, presente también en el Congreso, en Colombia hay cerca de 50 mil familias que viven del reciclaje, la mayoría, trabajan de manera informal.
"Es urgente que el Gobierno los tenga presente porque ellos están haciendo la tarea que nos corresponde a ellos. Mejorar la calidad de vida de las personas que trabajan en este oficio es fundamental si queremos aumentar las tasas de reciclaje", dijo Andrés Botero, director ejecutivo de esta entidad.