Cuando falta poco para que inicie una nueva cuarentena estricta y total por más de 70 horas en la capital del país, varias familias residentes de las localidades más vulnerables, como Suba y Ciudad Bolívar, colocaron trapos rojos en las puertas y ventanas de sus casas como un ‘grito’ de ayuda principalmente por falta de alimentos.
Esta iniciativa surgió el año pasado tras la llegada de la pandemia, cuando Juan Carlos Saldarriaga, alcalde de Soacha, Cundinamarca, propuso que aquellas familias que tuvieran alguna necesidad de hambre, solicitaran ayuda colocando el trapo en las fachadas de sus viviendas.
“Sean solidario con sus vecinos en tiempos de coronavirus. Si usted ve un trapo rojo en la puerta de su vecino, significa un llamado de solidaridad. Ese primer paso y ayuda la dará usted como vecino”, dijo en el aquel momento el mandatario.
Ahora, por tercera vez estas personas de bajos recursos se han visto en la obligación de pedir ayuda de esta manera porque están pasando hambre.
Los recicladores y vendedores informales, son los principales afectados tras verse restringida el desarrollo de sus actividades a cuenta del coronavirus, que ha llevado a que las autoridades decreten medidas para evitar el incremento de contagios.
Además, denuncian que, durante el último año algunos no han recibo los bonos del Ingreso Solidario, no han sido censados ni les han preguntado si requieren de algún tipo de ayuda.