Las reiteradas agresiones físicas del padrastro desencadenaron la muerte de un menor de 23 meses, que el pasado 31 de agosto fue atendido en el Hospital San José del municipio de El Cocuy, al ser llevado por su madre, argumentando que se había caído mientras jugaba con un balón.
Tras la valoración médica del menor, oriundo de El Espino (Boyacá), y ante el mal estado en que llegó al centro de salud, los profesionales de la salud determinaron que los golpes que evidenciaba no corresponderían a una caída ocurrida al interior de su vivienda, como lo había argumentado el hoy capturado.
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Ante el dictamen de los médicos, las autoridades iniciaron las investigaciones respectivas de la Policía judicial y la Fiscalía. Con el apoyo de Medicina Legal se logró establecer que el deceso del menor no fue producto de un accidente, sino un homicidio perpetrado por el padrastro, teniendo en cuenta que durante aproximadamente un mes venía ejerciendo maltrato infantil a través de golpes (puños) y sumergiéndolo en un tanque de agua, entre otras agresiones.
Al parecer, el padrastro del menor le propinó un puño en el pecho, de acuerdo al dictamen médico legal que relaciona las diferentes lesiones.
Según el coronel de la Policía de Boyacá, Germán Jaramillo Wilches, el seguimiento y los testimonios recopilados permitieron esclarecer este hecho que hoy conmociona a la provincia del norte del departamento.
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"Se pudo determinar que este hombre venía agrediendo al menor causándole daños físicos y psicológicos, hasta que le causó la muerte", indicó el alto oficial.
El fallecimiento del menor obedece a las las diferentes lesiones producidas durante el mes de convivencia. El capturado fue dejado a disposición de la Fiscalía y se encuentra a la espera de que le sea definida su situación jurídica.