En julio de 1951, una joven mujer de 18 años de edad, llamada Arelen Salomon dio a luz a su primer hijo en un hospital de Miami, pero al verse sola ya que el padre del menor no se quiso responsabilizar, y sin un empleo estable, se vio obligada a dar a su pequeño en adopción.
La mujer, ahora con 88 años, aseguró a un medio de comunicación de Miami que: “Fue un momento difícil y me sentí bastante sola. El médico me presionó para que lo hiciera y trajo a un abogado que me convenció de que era lo correcto. Renuncié a la custodia de mi hijo el día que nació”.
Pero al poco tiempo, Arelen se arrepintió y comenzó a buscar a su bebé sin tener éxito, sin embargo, su vida continuó. Se casó y tuvo tres hijos más. Se dedicó a trabajar y a ahorrar dinero para contratar los servicios de un investigador privado para hallar al niño. Su búsqueda fue complicada por el hecho de que el hospital donde nació su hijo tuvo un incendio grave y se perdieron sus registros de nacimiento, y el abogado que manejó la adopción había muerto.
Las esperanzas de Salomon se desvanecieron, pero eso cambió hace dos meses cuando una de sus nietas, Danielle Stryker, de 26 años de edad, se ofreció a ayudarla recurriendo a un kit de ADN.
La joven tomó muestra genética de su abuela y lo envió al laboratorio que posteriormente se encargó de subir el diagnostico a la web para así cotejar con los resultados de otras personas que hayan hecho uso de ese mismo kit.
Para sorpresa de Danielle su abuela tenía parentesco con un hombre llamado Taylor Donner, de 33 años de edad. Stryker no lo dudó y se inmediato se puso en contacto con la persona y así saber si tenía que ver con el hijo perdido de Arelen.
"Pensé que era una coincidencia, es una locura y no quería darle falsas esperanzas a mi abuela y a este hombre, pero de todos modos le envié un mensaje y después de intercambiar algunas palabras los dos nos dimos cuenta que somos familia”, aseguró Danielle.
Se trataba del nieto de Salomon, uno de los hijos de Edward Donner, el hijo perdido 69 años atrás.
Al enterarse del hallazgo de su familiar, Arelen Salomon, celebró de felicidad, pero la dicha duró poco ya que su primogénito había fallecido en el 2002 por una sepsis a los 51 años.
"Personalmente, siento que hacer este descubrimiento y poder conocer a su nieto marcó una gran diferencia en su actitud y felicidad ", dijo Stryker.
Por su parte, Donner dijo a los medios que su padre siempre se preguntó quién era su madre biológica. “Cuando era niño, él se sentaba en el autobús escolar y miraba a las mujeres que caminaban por la acera y se preguntaba si alguna de ellas podría ser”.
"Mi padre creció con una infancia bastante dura. Fue un desafío no conocer a su madre biológica", dijo Edward. "Es bastante trágico en cierto sentido".