Infiel, pillada por su marido en un motel, intentó esconderse en el techo
La víctima de esta historia es un marinero, un hombre que se ganaba el sustento en medio del frío y el sol de altamar, mientras su esposa, Megan, que supuestamente lo esperaba en casa, sostenía fogosas noches de pasión con un amante ocasional, que la hacía vibrar con la emoción propia de las cosas prohibidas.
Esa realidad para el marinero era apenas una sospecha que se fue materializando gracias a los desaires, cada vez más recurrentes, de su mujer. Eso llevó a que el hombre le tendiera una trampa a Megan, en la cual le mintió diciéndole que se iba a embarcar de nuevo, solo para seguirle la pista.
Una vez él se fue, su mujer se puso elegante, se maquilló y salió de casa, hasta que se encontró en una calle de Mandaue, Filipinas, con otro hombre, que la llevó al Moonlight Motel.
El marinero los persiguió pero no pudo entrar al motel por culpa de los administradores. Sin embargo, como en Filipinas la infidelidad es un delito, el sujeto llamó a la policía para lograr el ingreso. Pero cuando finalmente entraron solamente estaba el amante. No había señales de su mujer.
Tras buscar debajo de la cama, detrás de las cortinas y al interior del armario, una sandalia cayó del techo, y puso en evidencia a la infiel, que estaba escondida en el zarzo.
Tanto Megan y como su amante Brad quedaron a disposición de las autoridades de ese país.