Omar Geles, un legado musical marcado por historias reales

Tenía una novia que vivía cerca de Valledupar, a quien invitó a vivir con él después de dos meses de relación. "Me gustaba, estábamos enamorados," recordó Geles.

Sin embargo, durante un viaje suyo, su novia se reencontró con su exnovio en un bar, lo que terminó en una traición que Geles presintió desde el inicio. "Le dije, 'mira que la lengua vallenata es jodida. Espero que te portes bien cuando esté viajando'. A lo que ella respondió que estuviera tranquilo," relató Geles.

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Cuando Geles regresó, su amigo le confirmó sus peores sospechas: su novia había sido infiel. "Le dije, 'ella y yo ya estamos terminados'," comentó entre risas amargas, recordando la necesidad de no mostrar vulnerabilidad ante su amigo.

Al confrontar a su novia, ella inicialmente mintió, pero finalmente confesó su infidelidad. Esta dolorosa experiencia llevó a Geles a escribir una de sus líneas más icónicas: "Busca un confidente y cuéntale todo," frase que se convirtió en el corazón de la canción.

Otra de sus grandes obras, "El amor más grande del planeta" publicada en 2009, está dedicada a su esposa. Esta canción, que ha superado los 20 millones de visitas en YouTube, es un testimonio del amor y la inspiración que su esposa le brindó. "Esa canción se la hice a mi esposa. Ella ha sido mi musa en varios sencillos románticos que se han convertido en éxitos nacionales," confesó Geles.

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Geles no solo habló de sus éxitos amorosos, sino también de sus temas de desamor, los cuales en muchas ocasiones estaban inspirados en las historias de sus amigos y familiares. "La mayoría de las canciones que son de despecho o de cachos se las compongo a los compañeros míos del conjunto, a los primos, a los sobrinos," explicó.

Con una carrera que abarca más de 1,300 canciones, de las cuales 900 han sido grabadas y unas 400 permanecen inéditas, Geles destacó su capacidad para crear melodías que capturan la esencia de la vida cotidiana.

Entre sus composiciones más populares están "La traga loca," "Las locuras mías," "Me gusta, me gusta," "A blanco y negro" de Silvestre Dangond, "Cuatro rosas" de Jorge Celedón, "Tarde lo conocí" de Patricia Teherán, y "No puedo vivir sin ti" de Diomedes Díaz. Cada una de estas canciones no solo se convirtió en un éxito, sino que también resonó profundamente en el corazón de sus oyentes, debido a las historias auténticas que narraban.

En otra entrevista, Geles compartió la historia detrás de "Las locuras mías," explicando que cada una de sus composiciones se basa en experiencias reales. Cuando se lanzó esta canción, su esposa se molestó debido a la letra. "Mi amor, déjame cantar las locuras mías a todo pulmón sin estar tirando puya y mirarme mal," escribió Geles, aclarando que la canción estaba basada en la historia de un amigo, no en una experiencia personal.

Geles también recordó su difícil infancia, marcada por el abandono de su padre, lo cual inspiró la emotiva canción "Los caminos de la vida." "Muchas veces no tuvimos para comer, incluso nos cortaron los servicios, pero siempre tuvimos a una madre valiente que nos enseñó a luchar," expresó con emoción. La canción sintetiza los duros momentos vividos después de que su padre dejara a la familia, y cómo su madre, Hilda, se convirtió en su fuente de fortaleza y motivación.

Un episodio particularmente conmovedor de su infancia ocurrió cuando unos cobradores amenazaron a su familia con una culebra para que su madre les pagara una deuda. "Eran unos carnavales, y los dos pesos que teníamos eran para la comida," recordó Geles. Ante la amenaza, él, siendo apenas un niño, entregó el dinero para proteger a su madre. "Mi mamá se enojó mucho porque ese dinero era crucial para nosotros," relató.

A lo largo de su carrera, Omar Geles se destacó por su habilidad para transformar sus experiencias personales y las de sus allegados en canciones que tocaban el corazón de muchos. Su legado musical, con más de 1,300 composiciones, perdurará, recordándonos siempre la profundidad de sus sentimientos y la autenticidad de sus historias. Su partida deja un vacío en el mundo del vallenato, pero su música seguirá viviendo y emocionando a generaciones futuras.