Anif y Fedesarrollo advierten que se debería hacer una reforma tributaria en 2022
El Centro de Estudios Económicos Anif aseguró que sin importar la orientación política del próximo gobierno, será necesario que se tramite una nueva reforma tributaria en el Congreso.
Mauricio Santamaría, presidente de Anif, aseguró que “cuando el gobierno entrante llegue, sea el que sea, y se siente el ministro de Hacienda que nombren y le muestren las cuentas, va a decir, bueno, alisten la reforma”.
“Es que se necesita porque el nuevo gobierno va a decir que no tiene plata para lo que prometió y un gobierno siempre tiene que tener plata para hacer lo que dijo que iba a hacer. Mejor dicho, en agosto la cosa estará ‘peliaguda’”, agregó.
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Asimismo, dijo que la preocupación no es si habrá una reforma si no cómo será, qué aspectos tocará, cómo captará dinero. “Un gobierno de izquierda hace una reforma muy diferente a los de derecha o centro”, sostuvo.
“Dos puntos del Producto Interno Bruto (PIB) es lo que necesitamos. Al menos, por bajito, el gobierno entrante necesitará un punto y medio del PIB, es decir, cerca de $20 billones”, manifestó Santamaría.
A su turno, el director de Fedesarrollo, Luis Fernando Mejía, mencionó que “es muy difícil que el próximo gobierno no radique una reforma porque las cifras fiscales siguen siendo muy complicadas. Incluso con la ya tributaria aprobada que va a generar recursos adicionales de más o menos un punto del PIB, el tamaño del hueco fiscal es de alrededor de dos puntos del PIB, es decir, soluciona la mitad del problema”.
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“La otra alternativa sería hacer un ajuste del gasto, pero dadas las presiones de gasto y las necesidades de apoyar a la población más vulnerable, va a ser muy difícil hacer un ajuste de esa magnitud. Así que seguramente no quedará otra alternativa que discutir una reforma que debería tener por supuesto, elementos de progresividad y mucho más estructúrales que los que han tenido las últimas reformas”, indicó.
Mejía concluyó: “Otro por tocar sería el endeudamiento, pero el Estado ya tiene una tasa de endeudamiento superior al 63% que pone en nerviosismo a las agencias de calificación de riesgo. Esa fue la razón por la que perdimos el grado de inversión de los grandes calificadores de riesgo”.