EL BAMBÚ Y EL ROBLE Cierto día un sabio estaba en el bosque, viendo como un joven de 16 años golpeaba un árbol. El sabio se sentó y lo miró. Cuando vio que cesó de golpear aquel árbol, le dijó: “¡Muy duro! ¿eh? tienes problemas, y los resuelves golpeando un árbol”.
“Sí, así soy, duro y fuerte como éste árbol”. Dijo el muchacho “¿Prefieres golpear un árbol, descargar toda tu energía en él y abandonar tus problemas sin tratar de resolverlos?... ¡Qué bien! Así que, duro y fuerte. Ven, te voy a decir algo” indicó el sabio. El hombre llevó al jóven donde estaba un roble; después lo llevó cerca a un bambú.
“Obsérvalos... el roble es grande, duro y muy fuerte, igual que tú, y el bambú es muy delgado, y flexible. En tiempos de tormenta, cuando los vientos soplan muy fuerte, el único que sobrevive a tal desastre natural es el bambú, ya que el roble es muy duro para soportar la tormenta. El bambú, con su gran flexibilidad soporta toda tormenta, se mueve y se dobla en armonía hacia donde los vientos se dirijan.
El roble por su parte, como es tan duro, está tan estático, en vez de doblarse se quiebra, trata de resistir, de imponerse ante la tormenta, hasta que tarde o temprano cede y cae. Pasada la tormenta, el único que queda de pie es el bambú por lo delgado y ante todo flexible, listo para soportar otra tormenta.
Amigo, en tu vida, considera cada problema como una tormenta y decide si te comportas como un bambú o como un roble. Bendiciones para todos