RCN Radio tuvo acceso al informe entregado por Juan Camilo Llereda Cubillos, uno de los agentes de la Policía Metropolitana implicados en el presunto caso de uso excesivo de fuerza en el que perdió la vida Javier Ordóñez, en la localidad de Engativá, noroccidente de Bogotá.
En el informe, entregado ante la Fiscalía 201 Local, Llereda Cubillos se presenta como supuesta víctima en un presunto caso de ataque a servidor público.
Así mismo, se pudo conocer que el documento, que contiene la versión de los hechos contada por el uniformado de la Policía Metropolitana, fue presentado el mismo día de la muerte de Javier Ordóñez. En él asegura que, durante el procedimiento, se encontraba acompañado por Harby Damian Rodríguez Díaz, el segundo agente implicado en el presunto caso de abuso policial.
Según Llereda Cubillos, el auxiliar de información del CAI de Villa Luz les informó sobre una presunta riña en la calle 53 con carrera 76, “motivo por el cual procedemos a trasladarnos a dicha dirección": "(...) al llegar observamos una aglomeración de personas las cuales estaban discutiendo y un sujeto vestido todo de negro estaba agrediendo a una femenina" (sic). El hombre de negro era Ordóñez.
Tras intervenir en la supuesta pelea, asegura el agente, tanto el hombre como la mujer manifestaron que no querían interponer ningún tipo de querella, razón por la cual decidieron retirarse del lugar.
Sin embargo, antes de irse, desde un establecimiento de comidas rápidas cercano llegó un habitante del sector que les solicitó que interceptaran "al ciudadano que vestía todo de negro porque era reincidente en el sector protagonizando riñas”, explica en su relato.
Por ese motivo, abordaron al sujeto que les habían señalado y solicitaron que no saliera más a la calle, que la comunidad estaba cansada de sus riñas.
"Este ciudadano nos responde con palabras soeces, y sigue su camino junto con otros dos sujetos que lo acompañaban, uno de ellos vestido de chaqueta verde, jean azul y botas beige y el otro vestía un jean azul, chaqueta color café", describe el informe.
El agente asegura que se quedaron en el lugar para esperar que las tres personas ingresaran a la portería del conjunto Santa Cecilia y evitar que se devolvieran, según él, a formar más riñas.
"Una vez que estos sujetos ingresan al conjunto nos disponemos a arrancar en la motocicleta y es en ese momento que el sujeto vestido de negro se sale del conjunto y se nos traviesa desafiándonos a pelear, por este motivo yo saco el dispositivo taser, para reducirlo desplegando un cartucho, el cual no le afectó", dice Llereda Cubillos.
Tras la primera descarga, uno de los presentes procedió a golpearlo en el casco, dice el agente. Además, asegura, otro de los sujetos que allí se encontraban, y quien vestía chaqueta verde, también le pegó con el puño en el mismo lugar.
“El sujeto vestido de negro me propina un puño en el pómulo izquierdo y un puño en la espalda haciendo que mi taser se caiga al piso, entonces yo me agacho a recogerlo y el ciudadano emprende la huida. Reacciono y lo retengo con el taser desplegándole el segundo cartucho, que hace que este sujeto se caiga al piso", dice el policía.
Según esta versión del hecho, Ordóñez se reincorporó y siguió corriendo, razón por la que el segundo agente entró para apoyarlo, pero uno de los presentes se lo habría impedido.
“Cuando mi compañero pudo apoyarme, procedemos a intentar reducirlo haciendo uso moderado de la fuerza para esposarlo, lo que es difícil ya que este sujeto tiene demasiada fuerza y no logramos esposarlo por lo cual utilizo nuevamente el taser a contacto con el cuerpo para que este sujeto pierda fuerza y se deje esposar", asegura
Con la ayuda de tres patrullas de apoyo, según el agente, lograron esposarlo, mientras que al acompañante, de chaqueta verde, lo esposó sin que éste opusiera resistencia y los subieron a un vehículo institucional.
Uno de los tantos interrogantes que ha dejado este caso es qué sucedió cuando Javier Ordóñez fue trasladado al CAI de Villa Luz.
Familiares y amigos del hoy fallecido indicaron que durante su estancia en ese CAI Ordóñez habría sido golpeado por los uniformados. Sin embargo, en el informe el agente Juan Camilo Llereda dice algo diferente.
Según cuenta el agente de la Policía, una vez llegaron al CAI iniciaron el procedimiento para judicializarlos por el delito de violencia contra servidor público. Sin embargo, tanto Ordóñez como su acompañante se habrían negado a firmar los derechos de capturado.
"En el momento que estamos diligenciando la documentación siendo 01:00 Am el señor Javier Humberto Ordoñez manifiesta sentirse mal, por tal motivo se solicita un vehículo policial para trasladarlo a la Clínica Partenón, el vehículo llegó siendo las 01:05 Am horas y de inmediato lo trasladamos a esa clínica" (sic).
Según el documento, ese traslado se hizo en compañía de Wilder Salazar Guevara, acompañante de Ordóñez y quien los habría ayudado a subirlo a la patrulla.
“Con el fin de no perder tiempo nos trasladamos a la clínica, llegando a las 01:08 Am horas y allí lo ingresamos de urgencias donde es atendido de manera inmediata, en ese momento y como a los 15 minutos sale el médico que lo está atendiendo y nos informa que el señor Javier Humberto Ordoñez Bermúdez había fallecido", afirma.
Para finalizar su informe, el agente explica que el acompañante de Ordóñez solicitó un teléfono celular para informar del deceso a sus familiares: “nosotros nos quedamos esperando familiares como una hora y media y como no llegó nadie nos trasladamos con el capturado al CAI de Villa Luz para continuar el trámite de judicialización”.
En su versión, incluida en el citado documento, el agente no señala la presencia de Juan David Uribe, uno de los acompañantes de Javiér Ordóñez. Uribe es la persona que grabó el video que se hizo viral en redes sociales y , el día de los hechos, le manifestó a RCN Radio que fue por su insistencia, y al verlo inconsciente, que trasladaron a la víctima a la clínica.
En su versión de los hechos, Uribe aseguró que cuando llegó al CAI, Ordóñez ya no se movía y su acompañante le comentó que “lo habían molido a golpes”. “Les dije que me ayudaran a llevarlo a la clínica. Al ratico de entrar con él salió el médico y dijo que estaba muerto, que murió por los golpes que le dieron. Los policías no dijeron nada, solo se fueron".
En relación a la supuesta riña, Juan David Uribe asegura que no existió y que es una excusa que se inventaron los uniformados.