
Moverse por la ciudad se ha convertido en un reto diario. Entre trancones, demoras del transporte público y la falta de infraestructura adecuada, cada vez son más las personas que buscan alternativas prácticas, sostenibles y eficientes para movilizarse.
En medio de este panorama, han cobrado fuerza distintas formas de movilidad personal como patinetas, scooters, ciclomotores y, especialmente, las bicicletas eléctricas.
Estas últimas se han convertido en la opción de moda para quienes quieren evitar el tráfico sin sacrificar comodidad. Sin embargo, detrás de su popularidad creciente, también están apareciendo casos de engaños y productos que no cumplen lo que prometen.
La Cámara de la Industria de Motocicletas de la ANDI encendió las alarmas: están metiendo gato por liebre, y la informalidad en la venta de estos vehículos va en aumento.
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¿Qué está pasando?
Desde la ANDI advierten que la comercialización informal e ilegal de ciclomotores está disparada en Colombia. Muchos se están vendiendo como si fueran bicicletas eléctricas, pero en realidad no lo son.
Los están promocionando sin explicar que requieren matrícula, SOAT, licencia de conducción y que no pueden circular por ciclorrutas como si nada.
Peor aún, se están vendiendo en lugares insólitos como droguerías, donde no hay información ni asesoría adecuada. Y la gente los compra creyendo que están haciendo una gran inversión, sin saber que podrían estar infringiendo la ley.
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¿Cómo saber si le están vendiendo un ciclomotor?
La clave está en la Resolución 160 de 2017 del Ministerio de Transporte. Esta norma explica las diferencias entre una bicicleta eléctrica real y un ciclomotor, que son muy diferentes:
Bicicleta eléctrica legal:
- No pesa más de 35 kg.
- Su motor solo funciona si usted pedalea.
- No pasa de 25 km/h.
- Motor con potencia máxima de 350 vatios.
Ciclomotor (requiere cumplir con normas de moto):
- Tiene acelerador.
- Puede ir mucho más rápido.
- El motor puede tener hasta 4000 vatios.
- No necesita pedaleo para avanzar.
Si el vehículo no cumple esas condiciones de bici eléctrica, no puede andar por ciclorrutas y debe cumplir con todo lo que se le exige a una motocicleta.
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Cifras que preocupan
Mientras el registro de ciclomotores en el RUNT bajó un 51% entre 2022 y 2024, las importaciones de supuestas bicicletas eléctricas subieron un 700% solo en 2024.
Iván García, director de la Cámara de la Industria de Motocicletas de la ANDI, fue claro: “Estamos presenciando un incremento alarmante de la informalidad y la ilegalidad en la comercialización y uso de ciclomotores en Colombia. Esta situación está generando serias afectaciones a la seguridad vial y al cumplimiento de la normativa de tránsito”.
¿Y entonces qué se puede hacer?
Desde la ANDI ya se pidió a las autoridades tomar cartas en el asunto con siete acciones clave:
- Fortalecer los controles a vendedores y puntos de entrada.
- Sancionar a los que engañan al consumidor.
- Aclarar la normativa a los organismos de tránsito.
- Informar mejor al comprador con campañas claras.
- Actualizar la regulación de estos vehículos.
- Coordinar acciones con autoridades locales.
- Hacer ajustes urgentes en ciudades como Bogotá.
Así que, si está pensando en comprarse una bicicleta eléctrica porque está de moda, revise bien las especificaciones. No vaya a ser que le estén vendiendo un ciclomotor disfrazado. Porque lo que parecía una ganga, podría terminar en multa o en inmovilización.