El próximo lunes se dará a conocer el nombre del próximo candidato a la Alcaldía de Bogotá del Centro Democrático, el cual saldrá de la terna compuesta por los concejales Diego Molano y Ángela Garzón, y el exrepresentante a la Cámara Samuel Hoyos.
Molano, el primero de los tres en hacer públicas sus intenciones de ser alcalde de la capital, habló con RCN Radio acerca de su campaña y la visión que tiene respecto al rubo que debe tomar Bogotá en los próximos años. De igual forma se refirió a las posibilidades de que el uribismo resulte vencedor en las elecciones del próximo mes de octubre.
Las pasadas elecciones presidenciales el uribismo perdió en Bogotá. ¿No le asusta que eso se repita este año?
Yo no creo que nos haya ido mal en Bogotá, por el contrario, considero que hemos crecido como fuerza política en la capital. 350.000 votos de Uribe cuando se lanzó al Senado vinieron de esta ciudad. En las pasadas elecciones fuimos el segundo partido más votado en el Concejo, con seis concejales.
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También lideramos el plebiscito del No y en Bogotá tuvimos cerca de 1,1 millones de votos, y recientemente en la Cámara tuvimos más de 400.000 votos, la primera fuerza política de la ciudad en este sentido. Es verdad que el presidente Iván Duque no ganó en la capital, pero hemos venido creciendo.
Yo no creo que Bogotá sea de izquierda, sino que aquí el electorado es independiente, consiente y rebelde. Lo que tenemos que hacer es conquistar a los votante. Debemos salir de esa discusión que duró doce años de si es de izquierda o derecha, de ricos o pobres, cuando lo importante es el bienestar de todos los bogotanos.
¿Estas elecciones no están marcadas por esa polarización de izquierda o derecha?
Eso depende de cómo evolucione la campaña en los próximos meses, de quienes sean los candidatos. Debemos tener claro que esta ciudad necesita avanzar. Vamos a convocar otros sectores cívicos, ciudadanos, partidos, con el único propósito de construir.
Es necesario, eso sí, que no vuelva la corrupción ni la polarización. Creo que hay personajes como Claudia López que es provocadora, que creo que está generando luchas y peleas entre las clases a partir de generar divisiones.
¿Cuál cree que es la principal necesidad de Bogotá?
Los bogotanos queremos calidad de vida. Vivimos en la capital pero no vivimos bien, pagamos los impuestos más caros del país pero no tenemos servicios, tenemos el sistema de transporte público más grande de Colombia pero la gente no lo quiere, tenemos la mayor cantidad de empresas, pero no hay empleo para los jóvenes. Eso se logra con seguridad para vivir sin miedo, una movilidad confortable y digna, y sostenibilidad.
¿Cómo alcanzar esto en materia de movilidad?
Se pueden usar acciones de corto plazo. Proponemos, por ejemplo, gerentes de vías, una persona que garantice que en una avenida se asegura de que la vía fluya, lo cual no requiere mucha inversión. Que si se estrella un carro estrellado, llegue la grúa o la ambulancia en tres minutos. Esa sola acción permitiría que las vías funcionen más rápido.
También identificamos obras concretas muy pequeñas que permitirían una mejora inmediata en la movilidad, como casos en los que toca quitar un semáforo o ampliar una intersección. Lo mismo sucede, por ejemplo, con el rediseño de rutas de Sitp y Transmilenio. Nada de eso requiere grandes inversiones.
En cuanto a grandes obras, al alcalde Peñalosa se le aprobó presupuesto para proyectos como el metro elevado que tiene los recursos y deberá adjudicarse este año, al igual que las troncales de Transmilenio de la Avenida 68 y la Avenida Cali. Buscaremos que una troncal por la Avenida Boyacá sea una realidad.
Nuestro aporte va a ser una vía nueva que se llamará Vía Democrática Expresa. La idea es que Transmilenio pase de buses a trenes a nivel por la Autopista Norte y la NQS. Además habrá un carril de tráfico rápido con peajes que conecte el norte y el sur. A esto se suma un carril de tráfico más lento que usarán todas las personas. Tendrá ciclorrutas y aceras.
¿Y Transmilenio por la Avenida Séptima?
No apoyo este proyecto. La bancada del Partido se opuso a esta obra. Esperamos es darle prioridad a la Boyacá, pero si finalmente deja adjudicada la obra, lo haremos de una forma lo más amigable ambientalmente.
También se refirió a mejorar la calidad de vida por medio de la seguridad. ¿Cuál es su estrategia en este aspecto?
El principal problema de seguridad en la ciudad es el microtráfico, que se convirtió en una cadena del mal que toma a los jóvenes, los envicia y los vincula a las actividades criminales. Atacar eso se logra con fuerza, atacando a los criminales, pero también con una gran apuesta de prevención y rehabilitación.
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Pero la gente no se siente segura porque no hay suficientes policías. En la ciudad tenemos solo 9.000 policías que nos cuidan a ocho millones de personas en tres turnos.
Proponemos con base a una ley existente que se cree una policía cívica con funciones públicas, coordinada por la Policía Metropolitana y se financia con recursos del Distrito. Se entrenan para atender solo los problemas de Bogotá, dedicados a Transmilenio, los parque y los colegios. Serían personas uniformadas pero no armadas.
¿Intervendría la Van der Hammen?
Peñalosa se equivocó cuando dijo que eso era un potrero. Pero ha hecho control político al tema y el proyecto actual, considero, es positivo para la ciudad. Son 1.400 hectáreas de reserva, un millón de árboles y 120 hectáreas de humedales. Es una mejor reserva a lo que había antes, se puede hacer realidad de una manera más sencilla.