Ecosistemas naturales se verían afectados con obras de la empresa de Energía de Bogotá
Hace algunas semanas, el presidente de la Empresa de Energía de Bogotá, Juan Ricardo Ortega, señaló en los micrófonos de RCN Radio que Bogotá necesita la construcción las dos plantas de energía o de lo contrario, a un mediano plazo, la capital se podría ver en riesgo de racionamiento de luz.
"Lo que en realidad pude ocurrir en el 2026 es que Bogotá se quede sin plan 'B' y si llega a haber una crisis como que se dañe una máquina, ya sea en las represas del río Bogotá, o en Tabio, o que se caiga una línea por un tema climático, si la ciudad no cuenta con la energía de Sogamoso, va a tener problemas porque no cuenta con un respaldo", mencionó Ortega.
En diálogo con la comunidad, señalaron que ellos no se oponen a la construcción de estas plantas de energía, solo piden que se dialogue con la comunidad y se les tenga en cuenta a la hora de alzar las torres.
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"En la Veeduría Ambiental nos hemos dedicado a comprobar si el estudio de impacto ambiental cumplió y si la licencia otorgada también cumplió. La realidad es que ni uno ni otro han cumplido con las órdenes ambientales", señaló Margarita Gómez, quien lleva más de ocho años buscando que este proyecto cumpla con los estándares ambientales.
Según cuentan los denunciantes de esta obra, "el megaproyecto de construcción de líneas de transmisión de 500 megavoltios, UPME 01-2013, afecta de forma directa el ecosistema del bosque de niebla y la microcuenca del río Bahamon: fuente de agua vital para más de 12.000 usuarios de los municipios de Cachipay, Anolaima y Zipacón y de los acueductos veredales: aguatocarema, agua peña negra, acuader, asomesitas, así como a la cuenca de la quebrada el Salitre".
Según la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) , el riesgo para los ecosistemas naturales es bajo, aún así cuando parte del trazado inicial pasa a pocos metros de nacederos de agua y fuentes hídricas que son parte fundamental del suministro de agua para los municipios.
Contrario a esto, la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), señaló que sí se encuentran posibles afectaciones en varios puntos de la obra inicialmente planteada, por lo que le pide al Grupo Empresa de Energía de Bogotá (EEB), presentar opciones en el trazado, que no coloquen en riesgo las zonas ambientales de la región.
"Ya se han dado dos licencias y en este momento está la última licencia en firme, por medio de la cual se modificó la primera licencia por el recurso de reposición de la EEB. Las opciones que se tienen es una acción popular, que es un tema bastante desgastante y la otra opción, que es mucho más rápida, es una demanda de nulidad de la licencia por las falencias y los faltantes que tiene la EEB tanto en el estudio de impacto ambiental como en los términos de ley que deben cumplir los proyectos lineales de energía", señala la veedora ciudadana.
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En total son 52 municipios intervenidos para la construcción de estas torres, que según señala la veedora, "no tienen como fin prestar servicio de energía a Bogotá, sino a otros municipios aledaños".
"Esta obra pasa sobre una zona vital para la producción de agua en la región, Distrito de Manejo Integrado Cerro el Manjui, y sus afluentes, ocasionando perdida de suelo fértil, microorganismos, plantas, orquídeas y epífitas necesarias para el transporte del agua atmosférica del bosque de niebla hacia la tierra y cambios en la red hidráulica subterránea del territorio, haciendo desaparecer o modificando los nacederos existentes", señala la comunidad.
A la fecha EEB busca llegar a un acuerdo con la comunidad, mientras que ellos piden ser escuchados por la Alcaldesa, Claudia López y la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, con quienes piden una mesa de diálogo abierta.
Por ahora, EBB continúa con la construcción de las plantas de energía en Santander y Boyacá, mientras que en la ANLA analizan las cuatro propuestas realizadas por la entidad y se establece si se mueven de las zonas ambientales las torres planteadas en el inicio de la propuesta.