El protocolo de bioseguridad que deberán seguir los 'corrientazos' en su reapertura
Asobares -el gremio que representa al sector de bares, restaurantes y establecimientos nocturnos- ha venido trabajando de la mano de otros gremios y el Ministerio de Comercio en un protocolo de bioseguridad para la eventual apertura de estos negocios, después del 11 de mayo.
El protocolo, que ya está siendo objeto de estudio por parte del Ministerio de Salud, busca -entre otras medidas- eliminar el uso de menú físico; la oferta de productos sería por televisores, redes sociales o en una cartelera visible para todos.
Igualmente, se contempla que la distancia entre mesas será de dos metros según los lineamientos del Minsalud. Además, serán señalizadas debidamente las posiciones de trabajo y las rutas de circulación de los usuarios.
De la misma manera se busca un control de acceso en la entrada al establecimiento, con anfitrión, medición de temperatura, gel antibacterial, tapabocas y orientaciones generales para la permanencia en el establecimiento.
Semanalmente se realizarán nebulizaciones en las instalaciones para desinfectar e higienizar su ambiente.
Igualmente, Asobares propuso repensar las restricciones horarias para no concentrar los usuarios a una misma hora de salida minimizando posibles riesgos de contagio por aglomeración en el espacio público.
El presidente del gremio, Camilo Ospina, aseguró que básicamente las propuestas del gremio buscan unas estrictas medidas de salubridad y en segunda instancia ganar la confianza de los consumidores para la reapertura de los establecimientos.
Por su parte Acodres, el gremio que agrupa a los restaurantes, señaló que estos protocolos no solo aplicarán para las grandes cadenas sino también para los restaurantes de barrio o denominados corrientazos.
Los gremios están a la expectativa de la respuesta del Ministerio de Salud para iniciar una reapertura paulatina de labores, teniendo en cuenta que -según Acodres- más de diez mil restaurantes anunciaron su cierre definitivo por falta de recursos para seguir operando, tras el alargamiento del aislamiento obligatorio, lo que significaría la perdida de más de 50 mil empleos.