Metro de Bogotá: ¿Cuántas veces se ha cambiado el proyecto y quién lo propuso primero?
Mucho se ha debatido acerca de la construcción de un sistema de transporte en la capital del país, que sea rápido y cómodo para todos los bogotanos. Por eso, desde hace varios años se viene hablando de la construcción del Metro de Bogotá, uno de los proyectos más llamativos, pero que a lo largo de la historia ha tenido muchos tropiezos para ser llevado a cabo.
La construcción de un sistema de tren se viene tocando desde el año 1942, cuando la capital colombiana solo tenía 400.000 habitantes, y el tranvía, que era el medio de transporte de la época, presentaba una alta demanda de pasajeros, ya que se estipula, que en este viajaban aproximadamente unos 200.000 al día.
El alcalde de ese momento era Carlos Sanz, y fue el primer mandatario en realizar la propuesta para la construcción del Metro de Bogotá. Sin embargo, tras el Bogotazo que se ejecutó el 9 de abril de 1948, el entonces alcalde Fernando Mazuera, hizo una gran contratación con la firma Le Corbusier para que se hicieran los estudios pertinentes y a su vez la respectiva construcción, donde también se incluyó un plan para la realización de una línea férrea.
Una vez que llegó la década del 50’ y con el general Gustavo Rojas Pinilla a cargo del país, se dio inicio a la contratación para unos nuevos estudios y así poder realizar el Metro de Bogotá. En ese momento, fue la compañía que realizó el Metro de Nueva York (Estados Unidos), la encargada de hacer el trabajo. Posteriormente, esto tuvo su fin cuando se generó el golpe de estado.
Fue en el año 1955 cuando se instauró el modelo de buses en la ciudad, que era un “escape” de movilidad para los capitalinos. Con el crecimiento de la ciudad y de los habitantes que llegaban de otras regiones a Bogotá, nuevamente se volvió a generar el tema de un Metro. Por eso, en 1966 el alcalde Jorge Gaitán Cortés buscó la construcción del metro para atender las necesidades de las personas, teniendo en cuenta que la ciudad ya contaba con más de 1,6 millones de habitantes.
Así las cosas, hasta el año 1966 se propone que se haga la construcción de la primera línea del Metro en la Avenida Caracas y que solo iba a contar con cinco estaciones, lo que permitía un corto trayecto de tan solo doce kilómetros, incluso, solo dos años después, Virgilio Barco, reservó una buena cantidad de dinero para volver hacer un estudio sobre este sistema de transporte.
Nuevamente, los años pasaban sin ninguna trascendencia ni conclusión sobre las obras del Metro de Bogotá hasta que llegaron los años 80’, periodo en el cual Miguel Urrutia Turbay, quien era en ese momento el director de Fedesarrollo, propuso al alcalde Hernando Durán, realizar estudios y costos para cinco modelos alternativos de Metro, pero estos fueron archivados.
Este proyecto fue el que estuvo más cerca de realizarse, pero diferentes complicaciones, más el tema de la posible organización del mundial de fútbol en el año 1986, impidieron que este se realizara porque los recursos no alcanzaron a estar listos para el inicio de las obras, por lo que el alcalde Hisnardo Ardila tomó la decisión de dejar este proyecto para el Gobierno entrante.
En 1988, Virgilio Barco nuevamente anuncia una negociación con la empresa Intermetro, quienes se iban a encargar de la construcción. Y fue de esta manera que en el año 1990 Juan Martín Caicedo logra establecer junto con el Gobierno de turno aspectos jurídicos, pero no se logró un acuerdo en el tema económico por el financiamiento que planeaban y que podía poner al país en una crisis. Por lo tanto, este proyecto nuevamente se vio aplazado de manera indefinida.
En 1997 el Departamento Administrativo de Planeación Nacional hizo un contrato con Fedesarrollo para que se definieran nuevos estudios y el financiamiento de la primera línea del metro. En esa ocasión, el Gobierno Nacional se comprometió a pagar un alto porcentaje del costo de la obra, y a pesar de que los estudios concluyeron que el Metro de Bogotá se debía construir, el Gobierno se echó para atrás, argumentando que eran costos demasiado desmedidos y se volvió a aplazar la construcción de un modelo de transporte en Bogotá.
El país entró en una recesión económica, en la cual se vio afectada la situación fiscal de la capital, por lo que hubo una reducción de gastos. Ante esto, y otros problemas económicos que había en Colombia, esto forzó a que se siguiera aplazando la construcción del Metro de Bogotá y la implementación del TransMilenio como alternativa de transporte.
Ya entrados en los 2000, más exactamente en el año 2007 fue el Concejo de Bogotá el que aprobó, en el presupuesto, una partida para un nuevo estudio del metro. En ese momento el expresidente Álvaro Uribe aprobó la construcción del Metro, pero con la condición de que se siguiera la construcción de la Fase 3 de TransMilenio y que el Metro, fuera autosostenible.
Tres firmas cumplieron con los requisitos para obtener la financiación del banco mundial para la creación del Metro, donde Sener-Transporte Metropolitano de Barcelona, obtuvo la respectiva adjudicación para el diseño inicial de la primera línea del Metro, en el cual en un plazo de un año deberían presentar: costos de los pasajes, el trazado, los aportes al país y el valor de la obra.
Los retrasos se comenzaron a ver, cuando esta firma española aseveró que no los estudios no estarían listos antes dl tiempo requerido y tras haber hecho tres aplazamientos. Ante esto, planeación nacional propuso que fuera obligatorio la resolución de problemas técnicos antes que se diera la aprobación de cualquier financiación de obra para el Metro de Bogotá.
Tras haber finalizado los recorridos, el alcalde Samuel Moreno, oficializó la primera línea del Metro, luego de reunirse con el expresidente Uribe, mencionando que esta iba a ser subterránea en su gran mayoría. Ya en el 2010 se llegó a un acuerdo entre el Gobierno y la Alcaldía en el cual autorizaron un presupuesto de $300.000 millones anuales desde el 2016 y hasta el 2032, en el cual se incluyó no solo la construcción de la primera línea, sino también implementar el Sistema Integrado de Transporte Público y una muy buena adecuación en TransMilenio.
No obstante, tras varias irregularidades que se fueron presentando, el proyecto fue suspendido en el año 2011 y dejó por fuera de su cargo a Samuel Moreno, quien fue apresado por la participación que tuvo dentro del carrusel de la contratación, lo que postergó hasta 5 años el inicio de la construcción del Metro y dejando pérdidas económicas importantes.
En la administración de Gustavo Petro, se presentó un acuerdo que validaba estudios de ingeniería para la realización de un Metro subterráneo, en el cual se estipulaba que la entrega final iba a ser en el año 2021, donde se expidió el Decreto 469 de 2013 en el cual daba como hecho que el Metro de Bogotá sería el principal medio de transporte de la capital junto con TransMilenio.
Ya en la alcaldía de Enrique Peñalosa en el 2016, se dio a conocer el diseño de las estaciones que iba a tener la primera línea del metro. Pero este, se diseñaba como metro elevado, que es más económico que el subterráneo.
Ya en el año 2017, un convenio aprobado por el Consejo Suprior de Política Fiscal, aseguró el dinero de la construcción del Metro luego de que el presidente y el concejo de la ciudad aprobaran los recursos económicos correspondientes.
En el año 2019 y la actual alcaldía de Claudia López, se llevó a cabo de la firma del contrato entre las empresas Metro Línea 1 S.A.A. y Metro de Bogotá, para llevar a cabo una sociedad para ejecutar los diseños de construcción y la operación de la primera línea del metro. Este contrato obliga a que los contratistas hagan diseños con muchos detalles, poniendo en base diseños de ingeniería básica avanzada.
Por último, en el año 2020, la alcaldesa mencionó que se harán más estudios para la extensión de la primera línea del Metro, que tiene como objetivo llegar hasta la calle 100 para poder hacer una conexión con TransMilenio por la Avenida 68. Asimismo, se busca establecer estudios para la construcción de una segunda línea que haga conexión entre las localidades de Engativá y Suba.
Pese a que ya se comenzaron a generar algunas obras, se estima que la segunda línea del Metro sea subterránea en casi 12 kilómetros, y que su inicio de operación sea hasta el año 2030.
Actualmente, hay un desacuerdo entre el presidente Gustavo Petro, y varios sectores políticos por la construcción del Metro elevado, y ante tantas ‘paras’ se sigue a la expectativa de cuándo se dará la finalidad de este sistema de transporte que viene siendo solo ideas desde hace 80 años.