Mujer se declaró inocente de haber matado a su esposo y dos hijos en Puente Aranda
La Fiscalía señaló a Gloria Ayde Huertas Llano de haber asesinado a su esposo, el patrullero de la Policía Iván Arturo Zorro Penagos, y a sus dos hijos de siete y diez años de edad,. El lamentable hecho sucedió el pasado 24 de marzo, dentro un apartamento en la localidad de Puente Aranda.
El ente acusador indicó que la mujer atacó al uniformado cuando se encontraba durmiendo en el sofá. Después se dirigió al cuarto en el que estaban sus hijos y los atacó con arma blanca, causándoles la muerte de manera inmediata.
Según las pruebas, uno vigilantes del edificio subió hasta el apartamento 510 de la Torre 5 en compañía de la hermana de Huertas Llano quien le advirtió de la situación.
Cuando la hermana de Huertas llegó al conjunto residencial se dio cuenta que la puerta estaba trancada con una mesa. En el intento por entrar se dieron cuenta que en la sala estaba tendido el cuerpo sin vida del patrullero, mientras que su esposa estaba sentada en el piso con un cuchillo.
Según la hermana de la mujer, ella vio que la ropa de Huertas estaba totalmente ensangrentada. Pocos minutos después llegaron los policías que habían sido alertados por los vecinos del edificio Parques de Primavera sobre la situación.
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Huertas les aseguró que su esposo había intentado atacar con un cuchillo a sus dos hijos y que ella, en un intento desesperado por evitar el acto, forcejeó con él, situación por la cual él la atacó con el arma blanca.
Reseñó que su esposo, tras cometer el crimen se había quitado la vida. Debido a la gravedad de sus heridas, la mujer fue trasladada de inmediato a un centro médico cercano para que recibiera atención.
Los investigadores realizaron una inspección al lugar de la zona para recolectar elementos materiales probatorios y adelantaron las respectivas entrevistas a los vecinos, familiares y amigos de la pareja para establecer lo que en realidad había ocurrido.
Tras hacer un análisis se determinó una contradicción en lo dicho por la mujer a las autoridades, así como el tipo de ataque que había realizado.
La primera sospecha radica en las dos puñaladas que registraba el patrullero en su espalda, lo cual descartaba inmediatamente el suicidio. Así como el hecho que tenía heridas lineales y simétricas, contrarias a lo que se presenta en un ataque cuerpo a cuerpo como lo describió la mujer.