Policía que trató de matar a su mujer en Suba ahora quiere hacerse el 'loco'

Hoy en el Complejo Judicial de Paloquemao, se define la situación jurídica de un patrullero de la policía, adscrito a un Centro de Atención Inmediata CAI de la localidad de Suba en el noroccidente de Bogotá, quien intentó acabar con la existencia de su compañera sentimental en octubre del año pasado. 

Yuly Andrea Rodríguez dijo en la emisora La Cariñosa de RCN que este hombre, identificado como Jhon Edison Ospina Villareal, en varias oportunidades, le pegó, la apuñaló y hasta la cortó con un vidrio en medio de una obsesión impresionante porque siempre le gritaba que “si no era para él no era para nadie”, y que él jamás perdía. 

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La afectada recordó que cada vez que la maltrataba, ella lo perdonaba porque llegaba muy mal, oliendo a marihuana y bóxer diciendo que se estaba muriendo por ella, hasta que finalmente se cansó de la mala vida, y más al saber que a otras mujeres también las había cogido como a ‘violín prestado’; por eso decidió denunciarlo ante un despacho judicial. 

El agente del orden supuestamente llegó a la vivienda de la mujer muy arrepentido y le dijo que iba a arreglar las cosas, que lo acompañara a dar una vuelta. Yuly aceptó y se fue con el patrullero en la moto de su propiedad hacia lo más profundo del humedal Juan Amarillo en el noroccidente de Bogotá, en donde la encendió a puñal y hasta la iba tirar al agua, pero parece que lo pensó dos veces. La alzó desgonzada y se la llevó hasta la sala de urgencias del Hospital de Suba, en donde le salvaron la vida médicos de turno. 

La violentada recordó que en esos momentos en los cuales sentía iba a perder la vida, le dijo a su exmarido que ‘dejara la bobada’ que ‘si de verdad la quería, no la asesinara y antes de perder el conocimiento, se agarró fuerte de la parte trasera del bólido, elevó una oración e inmediatamente ‘se le fueron las luces’ para despertar cuando ya la habían sacado del quirófano del centro asistencial a donde fue conducida por el mismísimo Jhon Edison. 

Luego del episodio y tras recuperarse, la madre de dos hijos menores de edad producto de otra relación, tomó la determinación de romper definitivamente la unión y ‘echar al agua’ al policía ante las autoridades competentes, pero al ser capturado y dejado en libertad al otro día, se inició la segunda temporada de su calvario, porque Ospina Villareal la acosaba constantemente, les pagaba a viciosos del barrio para que la vigilaran, le rompía los vidrios de la vivienda, la amenazaba con lanzarle ácido y de hasta lastimar a sus retoños. 

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Yuly Andrea manifestó en el noticiero Alerta Bogotá que al saber que el uniformado de la institución estaba libre y ejerciendo sus funciones policiales, decidió largarse de la capital y esconderse en un pueblo del Tolima hasta donde llegaron las amenazas del tipo a través de las redes sociales, en donde le indicaba que se cuidara porque ya sabía en donde estaba. 

Gracias a Dios, el brusco agente del orden resultó agarrado por segunda ocasión el pasado lunes; ayer martes se legalizó la captura, pero en las últimas horas salió con el cuento que tiene problemas psiquiátricos y por eso manifestó que no podría enfrentar la pena de entre 8 y 12 años que le esperaría en una cárcel de la ciudad por el delito de intento de feminicidio.