Tenía casa por cárcel pero salía tranquilo a prestar servicio de transporte ilegal
Un presidiario que gozaba del beneficio de casa por cárcel fue sorprendido paseando tranquilo en su carro por las calles de la capital, prestando un servicio de transporte ilegal.
El avispado sujeto fue detectado por pura casualidad por parte de la Policía de Tránsito, que en ese momento se encontraba realizando un operativo de movilidad en las inmediaciones al aeropuerto El Dorado.
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Los agentes pararon al convicto, que estaba completando un servicio en el sector, y de inmediato empezó a sudar frío y los pelos se le pusieron de punta, lo cual despertó las sospechas de las autoridades.
De acuerdo con los policías, se creyó que su evidente nerviosismo se debía a que prestaba el servicio ilegal. Pero su sorpresa fue mayúscula cuando, al ponerle el parte, el individuo empezó a pasar colores, tenía la voz entrecortada y en las manos tenía tremenda tembladera como si tuviera mal de Parkinson.
Al pedirle los papeles, los uniformadas observaron que los documentos eran chimbos: "Los agentes proceden a conducirlo a la estación de policía aeroportuaria para cerciorarse, con equipos tecnológicos, de su plena identificación. A pesar de que los documentos portaban su fotografía, la información consignada correspondía a otra persona”, informó la Policía.
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Ante esto le hicieron una requisa porque pensaban que tenía algún guardado, y finalmente le encontraron el paquete: Un brazalete del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) en el tobillo que solo le ponen a prisioneros con casa por cárcel.
El sujeto estaba cumpliendo una pena por los delitos de hurto calificado y porte ilegal de armas. Actualmente se encuentra bajo el poder de la Fiscalía General de la Nación y deberá responder por nuevos delitos: fuga de presos, uso de documento falso y falsedad personal.