Terrible balacera deja un muerto y un herido en las puertas de un hospital en Bogotá

Testigos del caso relataron a través de la emisora La Cariñosa 610 AM que dos sujetos se le acercaron a un señor que lucía una chaqueta color rojo con blanco, montado en una moto de color verde frente a la consulta externa del centro asistencial y a eso de las 2:00 pm, tras ‘encuellarlo’, lo arrojaron al piso y luego lo encendieron a plomo. 

Dicen quienes vieron el caso, que el atacado también sacó como pudo una pistola para encender a quienes segundos antes lo habían lastimado. 

El ciudadano lastimado por los proyectiles fue auxiliado e ingresado al Hospital San José de la Calle 10 con Carrera 18, en donde resultó identificado como Jhon Fredy Sabogal de 42 años de edad, el cual no aguantó la cirugía a la que resultó sometido en el quirófano y falleció a los pocos minutos. 

El otro herido por las balas, al parecer un peatón que cruzaba por el sitio, fue atendido y ya se recuperó de la lesión que recibió en un hombro. 

El coronel Alexander Caicedo, oficial de inspección y vigilancia de la Policía Metropolitana de Bogotá (Mebog) comentó que, en medio de la reacción de los hombres de la institución, dos sujetos con antecedentes penales fueron atrapados y llevados dentro de una patrulla a las instalaciones de la Unidad de Reacción Inmediata URI de Paloquemao. 

Del hombre muerto, el coronel Caicedo indicó que presenta cuatro anotaciones judiciales por los delitos de hurto, porte ilegal de armas, microtráfico y delitos informáticos. 

La viuda de Sabogal, el hombre fallecido, indicó en el noticiero Alerta Bogotá que su marido era un simple mensajero y en el momento de recibir los tres disparos en la cara y cabeza, iba con un amigo y denunció que en el sitio, varios ciudadanos gritaban que los dejaran morir, solo una señora fue la quien se apiadó de ellos y los llevó al San José, a pocos metros de la ‘plomacera’ para que fueran atendidos. 

El extraño caso fue sometido a una exhaustiva investigación para establecer qué desencadenó la lluvia de balas que provocó la muerte de un parroquiano.