Tremendo 'jalón de orejas' a Galán: piden aumentar el racionamiento de agua
El abastecimiento de agua en la capital sigue siendo motivo de preocupación. A pesar de que hace casi un año Bogotá y varios municipios aledaños implementaron racionamientos semanales, la situación podría empeorar con restricciones aún más severas.
Para disminuir el impacto sobre el Sistema Chingaza, que abastece el 70% del agua de la ciudad, la administración de Carlos Fernando Galán decidió reducir esa cifra al 49%. Como alternativa, se incrementó el uso del Agregado Norte, que pasó de aportar el 25% al 50% del suministro.
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Sin embargo, este nuevo esquema de distribución ha generado un problema adicional: los embalses del Agregado Norte están sufriendo un descenso crítico en sus niveles.
Agregado Norte en estado crítico
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) advirtió que los embalses del Agregado Norte llevan seis días seguidos a la baja, lo que pone en riesgo la disponibilidad del recurso. Según la entidad, el nivel de estos embalses ha disminuido en 83 millones de metros cúbicos (Mm³), lo que representa un 16% menos que en 2023. Para ponerlo en perspectiva, con esta cantidad de agua podrían llenarse más de 25.000 piscinas olímpicas.
El embalse más afectado es Tominé, que ha perdido 75 Mm³ en lo que va del año. Además, la CAR advirtió que ninguno de estos embalses logró recuperarse durante los periodos húmedos y que, en su lugar, han mantenido una tendencia a la baja.
De acuerdo con las proyecciones de la CAR, en marzo se espera que los embalses cuenten con 408 Mm³, es decir, 141 Mm³ menos que en enero de 2023. El panorama es desalentador, ya que las lluvias previstas para finales de marzo estarán dentro de los promedios históricos, lo que significa que Tominé y otros embalses del Agregado Norte no podrán recuperarse.
CAR advierte a Galán y propone polémica solución
El director de la CAR, Alfred Ballesteros, explicó en entrevista con un medio nacional que el Agregado Norte actualmente cuenta con solo 464 Mm³, lo que significa que está 85 Mm³ por debajo de lo esperado. En menos de un mes, podrían verse consecuencias graves por la sequía y la decisión de redistribuir el agua en la capital.
Para enfrentar la crisis, Ballesteros propuso limitar el suministro de agua a Bogotá con el fin de preservar los niveles de los embalses.
"Yo inmediatamente limitaría la descarga y haría una reducción a 1.5 o 1 metro cúbico", afirmó Ballesteros, sugiriendo que esta medida se aplique antes de mediados de febrero.
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Además, el funcionario mostró su preocupación por el pronóstico de lluvias del IDEAM, que no favorece la recuperación de los embalses. Según Ballesteros, la temporada de lluvias de abril y mayo no superará los promedios históricos, lo que agrava el panorama.
A esto se suma que Bogotá enfrentará una temporada seca prolongada entre junio y septiembre, lo que podría generar restricciones aún más severas. Ante este escenario, la CAR instó a la administración distrital a tomar medidas inmediatas para evitar un desabastecimiento crítico en los próximos meses.