El sacerdote James Benjumea fue condenado a 15 años de cárcel por los delitos de actos sexuales con menor de 14 años, en concurso heterogéneo con acoso.
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El religioso se desempeñó como párroco de la iglesia de la vereda La Cuchilla, en el municipio de El Salado (Caldas), donde según el Juzgado Tercero Penal de Manizales, abusó sexualmente de varios niños que prestaban el servicio como monaguillos.
Las víctimas contaron que el padre los llamaba a la sacristía, donde les mostraba sus partes íntimas entre los años 2010 y 2013. Un año después el sacerdote renunció a su actividad religiosa en ese sector de Manizales.
En dicho tiempo, varios menores de edad de forma aislada manifestaron a sus padres los hechos por los cuales atravesaron durante esos tres años, cuando el párroco estuvo en la iglesia y ellos eran monaguillos.
Las presuntas víctimas contaron que el cura les mostraba sus partes intimas y el dedo indice era introducido en los oídos de los menores, mientras él se tocaba sus genitales.
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En el juicio declaró la madre de unos de los niños, quien denunció los hechos ante la Fiscalía y ante la Curia, y una de las víctimas que hoy en día ya es mayor de edad.
En su relato la madre de dos de los menores dijo que a la llegada del padre todo era muy bueno, pues el párroco se mostró con muy buenas intenciones ante la comunidad, pero luego incurrió en esos errores que alejaron a sus hijos de la iglesia Católica.
Entre tanto su abogado defensor, Julián Yepes, dijo que apelarán la decisión de primera instancia al argumentar que los señalamientos en su contra fue una represalia, ya que el cura les había cerrado un campo deportivo, donde quebraban vidrios e interrumpían a altas horas de la noche la tranquilidad de la comunidad.