El 9 de enero moría un chino de 61 años en Wuhan. Era la primera víctima mortal oficialmente conocida de un nuevo virus, SARS-CoV-2. Más de tres meses después, 100.000 personas han sucumbido a la pandemia, llamada COVID-19.
Este nuevo tipo de coronavirus se expandió mortalmente por Asia, Europa y ahora Estados Unidos, y ha obligado a confinarse a más de la mitad de la población mundial.
A pesar de las estrictas reglas en vigor en la mayoría de países, el número de decesos diarios en el mundo sigue aumentando: menos de 500 al día a mediados de marzo, más de 5.000 a principios de abril, cerca de 7.500 el jueves. En ocho días se han anunciado más muertos que en los 84 días precedentes.
Le puede interesar: Colombia llega a 2.473 casos de coronavirus, 88 muertes y 197 recuperados
Hasta este viernes han muerto al menos 100.661 personas, según un conteo de la AFP a partir de fuentes oficiales. Un total de 1.650.651 casos de contaminación han sido detectados en 193 países y territorios, y 334.340 personas han sido declaradas como curadas.
Los datos publicados en todo el mundo, tanto en términos de casos como de muertes, no reflejan sin embargo totalmente la realidad.
Muchos países solo efectúan pruebas de diagnóstico a los enfermos en estado grave. Otros no tienen una política de tests a gran escala, básicamente por falta de medios, como sucede en África y América Latina.
"Hay problemas con todos los indicadores, pero el número de casos depende enormemente del número de tests", destaca la epidemióloga francesa Catherine Hill.
"El número de muertos es un buen indicador a condición de que no se cambie de método en pleno conteo", añadió.
Lea también: Disminuye la cifra diaria de muertos por coronavirus en España
En Francia, por ejemplo, los muertos en geriátricos solo empezaron a ser contados a partir del 2 de abril y "se tendría que rehacer la serie de decesos diarios" en esos centros antes de esa fecha, explicó.
Algunos países, como España, se preguntan también si la cifra de sus decesos están siendo contabilizados de forma correcta, por ejemplo, incluyendo a las personas que mueren en sus domicilios.
Una meseta cubierta de muertos
Europa, que tenía menos de 10.000 muertos el 22 de marzo, registra ahora más de 70.000, y sigue siendo el principal foco de la pandemia.
La progresión ha sido fulgurante en las últimas semanas: en 11 días, el número de decesos fue multiplicado por 2, para sobrepasar los 70.000 el 10 de abril.
Italia y España son los dos países europeos más afectados, con 18.849 y 15.843 fallecimientos, respectivamente. Una pequeña luz de esperanza se encendió esta semana, con un lento descenso que parece haberse estabilizado en una especie de meseta. En las últimas 24 horas, Italia reportó 570 muertos, España 605.
Pero otros, como Reino Unido y Bélgica con 980 y 496 muertos, respectivamente, en las últimas 24 horas, han visto su situación empeorar.
Estados Unidos, el nuevo foco
Pero es en Estados Unidos ahora donde la enfermedad está progresando más rápidamente, en particular en el estado de Nueva York, que cuenta más contaminados que el segundo país más afectado en el mundo, Italia. En el estado de Nueva York se han detectado más de 160.000 casos, 93.000 en la ciudad.
En contexto: EE.UU. suma más de 500.000 casos de coronavirus
Además de contar con el 28% de contagios mundiales (473.093), el número de decesos sigue aumentando inexorablemente, cerca de 2.000 en 24 horas. Estados Unidos tiene ahora 17.925 muertos, el segundo saldo más elevado en el mundo, detrás de Italia.
Un modelo estadístico publicado por el Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), que analiza la forma cómo evolucionó la epidemia en China y en Europa, ha revisado sin embargo varias veces a la baja el número total de muertos que el coronavirus podría causar en Estados Unidos: de 93.000 a 82.000, ahora 60.000 fallecimientos.
Después de Italia, Estados Unidos y España, los siguientes países en términos de decesos son Francia (13.197), el Reino Unido (8.958), Irán (4.232) y China continental (3.336).
Esos saldos fueron realizados a partir de datos recogidos por las oficinas de la AFP de las autoridades nacionales competentes y de los informes de la OMS.