Corrientazo
Adiós al almuerzo barato: el corrientazo se incrementó y tocó cocinar
Alcaldía de Bogotá
16 Ene 2025 08:52 AM

Adiós al almuerzo barato: el corrientazo se incrementó y tocó cocinar

Cristhiam
Martínez Murcia
Este incremento, cercano al 15% en promedio, está afectando directamente el bolsillo de los colombianos.

El aumento del salario mínimo para 2025, que quedó en $1.423.500, representando un incremento del 9,54%, trae consigo no solo una mejoría en los ingresos, sino también un alza generalizada en el costo de vida. Uno de los aspectos más afectados por esta dinámica ha sido el precio del popular corrientazo, el almuerzo preferido de trabajadores y estudiantes en todo el país.

En un reciente video publicado en redes sociales, Joseph Plaza Pinilla, alcalde local de Tunjuelito, explicó el impacto del aumento salarial en el costo del almuerzo corriente, que ahora oscila entre $12.000 y $16.000, dependiendo de la región. Este incremento, cercano al 15% en promedio, está afectando directamente el bolsillo de los colombianos, especialmente de quienes comen fuera de casa regularmente.

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¿Por qué subió el corrientazo?

El corrientazo, bautizado así por ser una fuente rápida y económica de energía para continuar el día, se ha convertido en un termómetro de la economía. El aumento de su precio está vinculado a varios factores:

  • Canasta básica más cara: Productos esenciales como el arroz, las verduras, la carne y el aceite han registrado incrementos significativos, encareciendo la preparación de alimentos.
  • Transporte y servicios públicos: El alza en los costos de transporte y las tarifas de servicios públicos también influye en los precios ofrecidos por los pequeños restaurantes.
  • Demanda constante: Según cifras recientes, el 45% de las familias colombianas consume corrientazo al menos tres veces por semana, lo que supone un gasto adicional cercano a los $100.000 mensuales por persona.

¿Cómo afecta esto a las familias?

Para muchos, el aumento en el costo del almuerzo corriente es la gota que colma el vaso. María Gómez, empleada de una oficina en el centro de Bogotá, comentó: “Antes comía corrientazo todos los días porque era práctico y barato, pero con estos precios, creo que empezaré a llevar almuerzo de casa”.

La frase “Ahora sí me pondré a cocinar” se ha convertido en un sentimiento común entre los colombianos, quienes buscan alternativas para reducir gastos en medio de esta escalada de precios.

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¿Hay soluciones a la vista?

Mientras algunos proponen incentivar el consumo local y reducir los costos de producción, otros apuestan por estrategias que incluyan subsidios o apoyos a pequeños restaurantes. Sin embargo, los expertos coinciden en que el verdadero reto está en controlar los precios de la canasta básica para evitar que esta tendencia continúe afectando a los sectores más vulnerables.

¿El corrientazo seguirá siendo una opción accesible o tocará despedirse de esta tradición popular? Solo el tiempo dirá si la economía logra estabilizarse y devolver algo de alivio al bolsillo de los colombianos.