Muchos de los domiciliarios de Bogotá se mostraron preocupados por la inseguridad en las calles de la ciudad y celebraron el aumento de controles por parte de la Policía, después del millonario hurto que se registró el fin de semana en un edificio de la localidad de Usaquén.
Varios de estos trabajadores indicaron que sienten miedo a raíz de estos asaltos que afectan su trabajo, ya que los ladrones se disfrazan de repartidores para cometer sus delitos.
“Es un poco delicado y ahora con esto de la pandemia pues mucho más, porque la gente sale a buscar a ver a quien pueden robar o a quien pueden ultrajar”, dijo uno de estos trabajadores.
“Hay que estar muy pendientes porque hay mucha gente que usa las maletas de Rappi o de cualquier aplicación, para hacer sus vaganbunderías. Por eso es bueno que revisen, que verifiquen documentos y eso”, expuso.
Una mujer quien trabaja como domiciliaria en Bogotá, precisó que “cuando llega un pedido miro el celular y voy al restaurante. Allí me grabo la dirección a donde tengo que ir y no saco más el teléfono hasta que llegue a entregar”,
Entre tanto, la Policía intensificó los controles a los repartidores en varios puntos de la ciudad, en donde se establecieron retenes para verificar que quienes realizan esta labor lo hagan de forma legal y correcta.
El coronel Necton Lincon Borja, comandante operativo de la Policía Metropolitana de Bogotá, afirmó que con esos controles buscan reducir el riesgo entre quienes piden domicilios y trabajan con la seguridad privada de los edificios residenciales para mejorar algunos aspectos al respecto.
“Identificamos cinco localidades: Usaquén, Suba, Puente Aranda, Teusaquillo y Chapinero y hay controles preventivos en las zonas o en conjuntos residenciales. Estamos llegando a hacer concientización", aseguró Borja.
El oficial detalló que también avanzan en las investigaciones por el hurto a un edificio residencial en la localidad de Usaquén, gracias al material probatorio que ha sido recolectado recientemente.
Finalmente, el coronel dio a conocer que durante el fin de semana pasado cuando se celebraba el Día del padre, se presentaron más de 6.700 riñas y se encontraron 597 fiestas clandestinas en varios puntos de la ciudad.