Según un estudio, el 67% son mujeres y el 33% hombres.
Según un estudio de la Universidad Manuela Beltrán, los vendedores ambulantes en Colombia la informalidad laboral asciende a más de 5,3 millones de personas en las 23 ciudades y áreas metropolitanas del país.
Además dentro del estudio advirtió que de los 100 trabajadores informales que entrevistaron, al menos un 50% presenta patologías como la artrosis que causa molestias o dolores que impiden descansar adecuadamente.
Y es que también destacaron que el 67% son mujeres y el 33% son hombres, aseguran que están expuestos a largas jornadas de trabajo, a su vez, indican que laboran en entornos de inseguridad, expuestos a condiciones climáticas cambiantes y problemas en el orden público que en muchos casos los obliga a abandonar su puesto de trabajo.
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Pues el Dane indicó que al corte de junio pasado esa cifra se había incrementado en 1,16 millones frente a lo reportado al mismo corte del 2020, en el que el estrato más representativo en el sector es el 3 con un 67% de los individuos.
“Este mismo porcentaje dice ser cabeza de hogar. En cuanto al nivel educativo un 83% no cuentan con estudios superiores o un bachillerato por la falta de recursos, lo que reduce las posibilidades de obtener algún trabajo formal, factor que los obliga a iniciar su vida laboral desde temprana edad”, resaltó la entidad.
Sin embargo, algunos de los vendedores afirman que deciden está opción laboral, debido a que se presentan pocas oportunidades laborales y no cuentan con los suficientes ahorros para emprender un negocio formal.
¿Y su estado de salud?
Dentro del estudio advierten que la población de trabajadores informales en relación a hábitos y estilos de vida saludable, “no le entrega la importancia adecuada asegurando que es por demandas de tiempo o falta de recursos económicos, causándoles así molestias, dificultades o patologías a mediano y largo plazo que afectan su funcionamiento”, indicaron.
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Así mismo, en relación a descanso y sueño se puede concluir, que “son actividades fundamentales para mantener una adecuada condición de salud y una apropiada calidad de vida. Sin embargo, se incrementan las posibilidades de no dormir y descansar adecuadamente, provocando falencias en el desempeño ocupacional”, advirtieron.
Afectando así su salud física y mental, ocasionado una disminución según la Universidad en la motivación e iniciativa personal, lo que intensifica los factores psicosociales y genera dificultades que influyen en el entorno social del individuo.
“Al estar expuestos a situaciones de agresión física, o que generen temor, angustia y otras preocupaciones, dificultando el adecuado desempeño de su ocupación y las interacciones en su entorno general”, finalizaron.
