
Ley le pone 'tatequieto' a colegios: no podrán irse de 'avispados' con estudiantes
Desde hace décadas, los colegios en Colombia han aplicado normas pensadas para mantener la disciplina, la convivencia y cierta uniformidad entre los estudiantes. En ese contexto, el manual de convivencia se ha convertido en lo que muchos consideran “la biblia” de la vida escolar. Allí se estipulan desde normas de comportamiento en clase hasta el uso del uniforme. Pero, ¿qué pasa cuando algunas de esas reglas chocan con los derechos fundamentales de los estudiantes?
En el país, existen más de 43.700 instituciones educativas bajo la supervisión del Ministerio de Educación. Esta entidad no solo garantiza el cumplimiento de los estándares académicos, sino que también debe velar por el respeto a los derechos de los niños, niñas y adolescentes. Y justo ahí es donde entran en juego temas que han generado controversia entre padres, estudiantes y directivos: el derecho a la libre expresión, la identidad personal y el acceso a la educación.
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Colegios no pueden prohibir estos derechos
Según el equipo jurídico de JPeláez & Abogados, hay ciertas restricciones que ningún colegio puede imponer, aunque estén incluidas en su manual de convivencia. Una de ellas es prohibir el uso de piercings o exigir que los estudiantes tengan el cabello corto.
“El derecho fundamental a la libre expresión está por encima de cualquier norma interna. Primero va la Constitución Política, y luego cualquier reglamento que quiera establecer una institución”, explicó el abogado Jackson Peláez en un video difundido por redes sociales.
Peláez también advirtió que impedir el ingreso a clases por no portar el uniforme escolar atenta directamente contra el derecho a la educación, uno de los pilares protegidos por la Carta Magna. “Estas situaciones no se pueden permitir porque afectarían el derecho a la educación que tiene el estudiante”, afirmó.
Manual de convivencia vs. Constitución
El manual de convivencia es una herramienta útil para definir acuerdos dentro de la comunidad educativa, pero no está por encima de la Constitución. No puede restringir derechos como la libre expresión, la identidad personal o el acceso a la educación. Por eso, cuando una institución niega el ingreso de un estudiante por su apariencia física o por no llevar el uniforme completo, está incurriendo en una violación de derechos.
La libertad de expresión también aplica en los entornos escolares. Esto incluye la forma de vestir, peinarse o usar accesorios, siempre y cuando no afecten la dinámica de clase ni el respeto entre compañeros y docentes.
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¿Qué hacer si un colegio vulnera los derechos de un estudiante?
Si un estudiante o su familia considera que una norma escolar vulnera sus derechos, la acción de tutela es el mecanismo más eficaz para reclamar protección inmediata. Este recurso legal permite frenar cualquier acto que desconozca los derechos fundamentales.
De acuerdo con la Personería de Bogotá, cualquier ciudadano puede acudir al punto de atención más cercano para exponer su caso. Allí, un abogado de turno revisará la situación, elaborará la tutela y explicará los pasos para radicarla ante un juez.
Este debate no busca promover el desorden ni que los estudiantes hagan lo que quieran. Más bien, invita a que las instituciones educativas revisen sus manuales y los ajusten al marco legal. La escuela debe ser un espacio de formación, no de imposición.
En un país que cada vez valora más la diversidad, el respeto por las diferencias y la inclusión, los colegios están llamados a dar ejemplo. Los derechos no se condicionan, se garantizan, y entender eso también hace parte del aprendizaje.
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