Las mujeres están mandando la parada en la economía de los hogares colombianos
Según un informe de Asobancaria: “En 1997, el 25,8% de los hogares en el país tenía una mujer como jefa de hogar, cifra que se elevó a 44,2% en 2022. La jefatura femenina se ha asociado con la feminización de la pobreza debido a la vulnerabilidad económica que presenta este tipo de hogar. A nivel nacional, el 41,4% de los hogares con jefa mujer se encuentra en situación de pobreza monetaria, en comparación con el 33,1% en hogares con jefe hombre”
Para Juan Carlos Alberto Ruiz Martínez, Vicepresidente de asuntos corporativos de Asobancaria las mujeres son más responsable con el pago de sus compromisos financieros: “De cada 100 pesos que se prestan, 5 pesos tienen algún tipo de deterioro sí la deudora es mujeres, mientras que sí el deudor es un hombre se estima que entre 6 y 7 pesos de deterioro, eso significa que las mujeres prestamistas tienen un mejor comportamiento crediticio con comparación con el género opuesto”.
Por otra parte, el fortalecimiento del liderazgo femenino está generando nuevas alternativas en materia de inclusión financiera de las mujeres y virtudes desde el punto de vista financiero pueden puede fomentar prosperidad social. Dichas ventajas comprenden una cultura de ahorro más sólida, ya que el 85% de las mujeres ahorra en efectivo, 14% más que los hombres, es decir, una mejor calidad de cartera y menor aversión al riesgo.
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El informe establece que “Entre 1997 y 2022, los hogares con jefatura femenina en Colombia registraron un crecimiento de 71,3%. En 1997, el 25,8% de los hogares a nivel nacional tenía a una mujer como jefa de hogar, mientras que en 2022 esta cifra se elevó al 44,2% (Gráfico 1). Cabe resaltar que el porcentaje más alto se observó en las cabeceras municipales, alcanzando un 46,7%. Este empoderamiento se traduce en una mayor confianza en la gestión financiera, reflejándose en decisiones más informadas y proactivas”
“En 2022, a nivel nacional, el 14,1% de las personas que pertenecían a un hogar con jefatura femenina era pobres multidimensionalmente, lo que implica una brecha de 2% superior a los hogares con jefatura masculina. Esta disparidad se amplía a 3,3% en cabeceras municipales y 3,9% en centros poblados y rural disperso”, explica el análisis.
“En cuanto al tema de la vivienda, los datos por sexo del jefe del hogar indican que la proporción de personas con vivienda propia es mayor en hogares con jefatura masculina (39,5%) en comparación con jefatura femenina (38,3%). Por otro lado, la proporción de arrendatarios es más alta en hogares con jefatura femenina (41%) que en aquellos con jefatura masculina (39%)”, concluye en análisis de este informe de Asobancaria compartido en la Tienda Ganadora de la Cariñosa.