El Tribunal Superior de Bogotá dejó en firme la condena contra Jaime Ernesto Gil Corredor, representante legal de una constructora por los graves daños ambientales causados a raíz de haber levantado un lujoso inmueble en los cerros orientales de Bogotá.
Según las evidencias, este proyecto urbanístico arrasó de manera indiscriminada con 2.000 árboles nativos y cambió el cause de una quebrada en un área de especial protección ecológica.
En este caso, la sentencia fue ratificada por los magistrados del Tribunal superior de Bogotá en un monto de siete años y tres meses de prisión.
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En el mismo fallo se le impuso a Jaime Ernesto Gil Corredor, representante legal de la constructora implicada en este caso, el pago de una multa de más de 200 millones de pesos
De acuerdo con la Fiscalía, se logró acreditar que entre 2014 y 2016 se edificó un inmueble de tres niveles, avaluado en más de 6.000 millones de pesos, en un predio denominado El Bambú, en el sector conocido como Bagazal.
También se estableció que hubo remoción de tierra y del bosque natural y desviación del cauce de la quebrada Los Rosales, con el fin de hacer un lago para la propiedad lo que se constituye en una alteración al medio ambiente.
De acuerdo con el expediente judicial, estas y otras afectaciones al ecosistema de la zona fueron certificadas en su momento por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi y la Secretaría de Ambiente de Bogotá.
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En atención a los hechos cometidos el constructor fue hallado culpable como responsable de los delitos de daño en los recursos naturales agravado e invasión de áreas de especial importancia
ecológica.