Ponen tatequieto a tiendas que no prestan sus baños: Esta es la millonaria multa
Cuántas veces le han negado el servicio de baño en establecimientos comerciales por el hecho de no ser clientes del lugar, por esta razón, la Alcaldía de Bogotá recordó la importante de no negar este servicio a los bogotanos.
El Código Nacional de Seguridad y Convivencia Ciudadana - Código de Policía, en su Artículo 88, establece que ciertos grupos de la población deben tener acceso a los baños en establecimientos comerciales y locales, sin importar que no sean clientes.
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La norma garantiza este derecho a niñas, niños, mujeres embarazadas, personas con discapacidad y adultos mayores, sin requerir que realicen compras.
Además, permite que se cobre una tarifa por el uso de las instalaciones. Ofrecer este servicio va más allá del cumplimiento legal; es una oportunidad para los comerciantes de aportar al bienestar común, demostrando empatía y respeto hacia las personas.
El no cumplir con esta obligación puede resultar en sanciones: los infractores pueden recibir una Multa General Tipo 1, equivalente a cuatro salarios mínimos diarios legales vigentes, o enfrentar la suspensión temporal de su actividad comercial. Por tanto, es fundamental que los negocios conozcan sus deberes y eviten penalizaciones.
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Más allá de la obligación legal, facilitar el acceso al baño puede mejorar la percepción del cliente hacia el negocio. Un gesto sencillo como este puede ser decisivo para que alguien regrese o recomiende el lugar, destacando el establecimiento por su calidad humana y buen servicio.
Consecuencias de aguantar las necesidades básicas
Retener la orina durante largos períodos puede llevar a varios problemas de salud, entre ellos infecciones urinarias y disfunciones del tracto urinario. Según la Dra. Ana Martínez, uróloga en el Hospital Clínico, “Cuando se retiene la orina, la vejiga se estira excesivamente, lo que puede debilitar sus músculos y afectar su capacidad para vaciarse completamente. Esto puede aumentar el riesgo de infecciones y otras complicaciones.”
Además, el aguantar las ganas de orinar puede llevar a problemas más graves como la incontinencia urinaria en el futuro. La vejiga necesita entrenarse para reconocer y responder a las señales de urgencia; ignorarlas repetidamente puede causar que el sistema pierda su capacidad de respuesta adecuada.
Consecuencias para la salud digestiva
No solo el sistema urinario se ve afectado por la retención. Ignorar las ganas de defecar puede llevar a problemas digestivos como el estreñimiento crónico. “El colon necesita tiempo para procesar y expulsar los desechos del cuerpo”, explica la nutricionista Laura Gómez. “Cuando se ignoran las señales del cuerpo, el intestino puede absorber más agua de las heces, haciendo que sean más duras y difíciles de pasar.”
Además, el esfuerzo repetido para evacuar puede causar hemorroides y otras complicaciones anales, que pueden ser dolorosas y requerir tratamiento médico.
Impacto psicológico y de productividad
La necesidad de ir al baño no solo afecta el bienestar físico, sino también el bienestar psicológico y la productividad. Según estudios recientes, la incomodidad y la ansiedad asociadas con la retención pueden disminuir la capacidad de concentración y aumentar el estrés, afectando negativamente el desempeño laboral y la calidad de vida en general.