Acueducto advierte de sequía
Acueducto se olvido del racionamiento
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20 Ene 2025 05:23 PM

Acueducto gastó una millonada para mejorar su imagen: ¿qué pasó con el racionamiento?

Jhonatan
Bello Florez
Acueducto prefirió gastas una millonada en la temporada decembrina.

Desde inicios de 2024, Bogotá enfrenta una severa sequía que ha obligado a la Alcaldía, en conjunto con la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB), a implementar medidas estrictas como el racionamiento de agua. La decisión surge ante los bajos niveles de los embalses Chingaza, Chuza y San Rafael, principales fuentes de abastecimiento de agua para la ciudad.

Esta crisis climática no solo afecta los hogares, sino también sectores clave como la gastronomía y la hotelería. Según la Personería de Bogotá, se prevé que el nivel del embalse de Chuza podría caer por debajo del 20% en marzo de 2025, lo que evidencia un panorama crítico para la capital.

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Sin embargo, en medio de esta emergencia, una decisión tomada por el Acueducto desató críticas y un intenso debate entre ciudadanos y líderes políticos.

El polémico gasto del Acueducto en alumbrados navideños

En diciembre de 2024, mientras Bogotá enfrentaba el racionamiento de agua, la EAAB invirtió $1.700 millones de pesos en un contrato destinado a mejorar su imagen institucional mediante un alumbrado navideño. Esta decisión, revelada por el concejal Daniel Briceño del Centro Democrático, generó indignación debido al contexto de crisis hídrica y financiera que atraviesa la ciudad.

“Mientras los comerciantes sufrían pérdidas por la falta de agua y la Personería alertaba sobre el estado crítico de los embalses, la gerente del Acueducto, Natasha Avendaño, autorizó un contrato para alumbrados que solo duraron 15 días”, denunció Briceño. El concejal también recordó que, por instrucción del alcalde Carlos Fernando Galán, se había recortado a la mitad el alumbrado general de la ciudad, lo que evidenció una aparente contradicción en las prioridades del Acueducto.

Detalles del contrato y las críticas ciudadanas

El contrato, por un valor de $1.662 millones, fue adjudicado a Enel Codensa y tenía como objetivo promocionar la imagen institucional del Acueducto mediante instalaciones navideñas. Esta inversión provocó molestia entre los ciudadanos y diversos sectores políticos, quienes argumentaron que el dinero pudo destinarse a enfrentar la emergencia hídrica.

“La prioridad debería ser garantizar agua para los bogotanos, no gastar dinero en alumbrados temporales”, subrayó Briceño. Este cuestionamiento resalta la necesidad de enfoques responsables y ajustados a las verdaderas necesidades de la ciudad.

La decisión del Acueducto reavivó el debate sobre el manejo de los recursos públicos en momentos de crisis. La Personería de Bogotá reiteró la urgencia de tomar medidas administrativas responsables para garantizar un uso eficiente del sistema de embalses.

Aunque las autoridades han señalado que los niveles de agua están descendiendo más lentamente que en años anteriores, la situación sigue siendo crítica. Esto, sumado al impacto del cambio climático y la creciente demanda de recursos, demanda soluciones estructurales que prioricen la sostenibilidad y el bienestar de los ciudadanos.

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¿Prioridades equivocadas en tiempos de crisis?

En un contexto donde la escasez de agua es un desafío global, las decisiones del Acueducto han generado dudas sobre si las inversiones responden realmente a las necesidades de la población. Este caso pone sobre la mesa la importancia de priorizar recursos en acciones que aseguren el acceso al agua y la adaptación al cambio climático.

Para muchos, garantizar el suministro de agua debería estar por encima de la imagen institucional, especialmente cuando miles de bogotanos enfrentan restricciones y limitaciones en el acceso a este recurso esencial.