En el reciente debate de control político sobre el desabastecimiento de agua, realizado en el Concejo de Bogotá, la concejala del Pacto Histórico, Ana Teresa Bernal, expresó su profunda preocupación por la falta de acción en la gestión hídrica de la capital.

Bernal hizo un llamado urgente, declarando que el agua es el "sustento primordial de la vida, pero en muchos casos, las palabras de cuidado y compromiso se quedan en eso, palabras".

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Asimismo, la cabildante mencionó que para el año 2050 entre 4,800 millones y 5,700 millones de personas podrían vivir en zonas con reducción hídrica, experimentando al menos un mes de escasez anual. Además, señaló que el riesgo de inundaciones aumentará considerablemente.

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La concejala también criticó las recomendaciones locales, como el ahorro de agua y el racionamiento impuesto por el alcalde Galán el 11 de abril de 2024, tras la crítica situación de los embalses de Chingaza y San Rafael. Bernal afirmó que este sistema de abastecimiento ha llevado a que "el agua de la ciudad esté en deuda desde hace años. Obras como la optimización de Tibitoc, Wiesner, Río Blanco y Regadera-Vitelma, contratadas en 2013, 11 años después siguen pendientes".

Bernal destacó el grave problema de Bogotá con su dependencia del sistema Chingaza, que representa el 70% del agua consumida en la capital, pero que carece de la adecuación óptima de las cuencas que lo abastecen.

De igual manera, cuestionó la continuación del proyecto Chingaza II, calificándolo de "impresentable", y criticó que en el Concejo se aprueben medidas como la priorización de la ALO Norte y modificaciones que, según ella, generan un retroceso en la acción contra el cambio climático.

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Finalmente, la militante del Pacto Histórico hizo un llamado importante al alcalde, Carlos Fernando Galán, y a su gabinete, para que se comprometan con acciones concretas contra el cambio climático en la ciudad y se eviten más repercusiones negativas en el suministro de agua.