'No hablar ni echar mecato': los consejos para no contagiarse en Transmilenio
Una de las más grandes incoherencias que señalan los usuarios de redes sociales frente al manejo que le ha dado a la pandemia la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, es que ordenó en su momento cerrar bares, restaurantes, comercios y otros negocios, mientras Transmilenio seguía operando.
Y ahora, que Bogotá pasa por un segundo pico de contagios, la situación del transporte público preocupa a los habitantes, sobre todo por la sobreocupación denunciada en algunos buses.
Por esta razón, además, muchos se preguntan sobre los riesgos de contagio en lugares con poca ventilación o cerrados, teniendo en cuenta que para miles de ciudadanos no hay opciones distintas para transportarse al trabajo. Al respecto, un estudio de Infectio, la revista de la Asociación Colombiana de Infectología, dice que en los espacios cerrados hay "20 veces más probabilidades de que se den más eventos de superdifusión del virus", según cita la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional.
Siguiendo esa idea, los investigadores recomiendan mantener siempre las ventanas abiertas, así llueva, y que los buses tengan aire acondicionado y sistemas de filtrado para reducir el riesgo de contagios.
Estas recomendaciones deben ir acompañadas de varios hábitos de los usuarios, como evitar hacer viajes muy largos, usar de manera correcta el tapabocas, mantenerse callados y no ingerir alimentos ni bebidas a lo largo de los recorridos.
"Es algo similar a lo que sucede con el humo: así como este permanece en el aire y se va transportando y diluyendo, de la misma manera las gotículas respiratorias quedan suspendidas y pueden viajar distancias relativamente grandes, y, para el caso del covid-19, contagiar a personas que se encuentran a más de los dos metros de distancia, establecidos como medida de distanciamiento físico", explicó el profesor Néstor Rojas, consultado por la Agencia de Noticias de la Universidad Nacional.
Finalmente, aclaró que toser o estornudar no son las únicas fuentes de las partículas que pueden generar el contagio, pues la respiración y el habla también son emisoras de partículas porque son acciones más frecuentes y sostenidas. Por ejemplo, cuatro minutos de respiración, hablar o cantar equivalen a 30 segundos de estornudos, dijo Rojas, de acuerdo con el medio universitario.