Al momento de tomar una vivienda en arriendo, los inquilinos deben conocer al pie de la letra sus derechos y deberes, estos permiten que se desarrolle un correcto y buen vivir en comunidad. 

Dentro de los derechos, que no pueden ser vulnerados por los propietarios, está el tener mascotas. De acuerdo con la Sentencia T-035 de la Corte Constitucional del año 1997, es legal la tenencia de animales dentro de una propiedad horizontal, siempre y cuando el acudiente cumpla con una serie de compromisos. 

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Algunas de las obligaciones que tiene el propietario del animal, es adoptar las precauciones necesarias para evitar generar prejuicios a copropietarios o vecinos.

En esa línea, una de las quejas constantes es el ruido que pueden emitir los animales y que en muchas ocasiones afecta la tranquilidad de los demás residentes en la propiedad horizontal. Por ello, se conoció las medidas que se pueden tomar para hacerle frente al caso. 

¿Qué hacer si la mascota del vecino es muy ruidosa? 

En el marco de la normativa de Propiedad Horizontal en Colombia, se destaca la conciliación como la solución más efectiva para abordar las quejas relacionadas con el ruido de mascotas.

Aunque el país carece de leyes específicas para sancionar a las mascotas ruidosas, el manual de convivencia o reglamento de la copropiedad puede desempeñar un papel crucial en la resolución de conflictos.

 En Colombia, no existe una legislación específica que regule o imponga sanciones a las mascotas ruidosas. La Corte Constitucional ha reiterado que los ladridos de perros son naturales y no constituyen un motivo de sanción.

No obstante, la Ley 675 de 2001, que establece el régimen de propiedad horizontal, subraya la obligación de los residentes de no generar ruidos que perturben la tranquilidad de los demás. Para resolver problemas de ruido de mascotas, se sugiere basarse en el manual de convivencia o el reglamento de la copropiedad.

En casos de molestias por ruido, la Policía puede intervenir para ‘llamar la atención’ y buscar la conciliación con el dueño de la mascota. Sin embargo, su intervención se limita a inspecciones que informan sobre posibles perturbaciones, sin capacidad de imponer sanciones.

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Sanciones a vecinos que maltraten a sus mascotas

En situaciones de maltrato animal, el dueño de la mascota puede enfrentar sanciones severas, según la Ley 1774 de 2016, que contempla hasta 36 meses de prisión, multas y la posibilidad de inhabilitación especial.

La Policía, a través de su división ambiental o la Patrulla de Rescate Animal, puede atender denuncias y judicializar a maltratadores, aunque esta acción no se aplica a casos de ruido no violento.

Algunas personas han optado por mudarse debido a problemas de ruido de mascotas, destacando la importancia de abordar este tema con "especial cuidado".

En última instancia, la recomendación general es abordar los problemas de ruido de mascotas a través del manual de convivencia o reglamento de la copropiedad, centrándose en la conciliación con los propietarios de las mascotas ruidosas.