Embalses no dan buen pronóstico para el 2025: racionamiento se extenderá y preocupa a ciudadanos
Los embalses de Colombia han llegado a un punto crítico a finales de 2024, marcando uno de los años más desafiantes en términos de recursos hídricos. Desde julio, los niveles de agua han mostrado una tendencia a la baja, alcanzando cifras alarmantes que han llevado a las autoridades a emitir alertas sobre la posible escasez en el futuro cercano.
A pesar de que las lluvias en noviembre han mejorado ligeramente la situación, con algunos embalses superando el 50 % de su capacidad por primera vez en el año, la realidad es que el racionamiento de agua sigue vigente en varias regiones, incluida Bogotá.
El sistema Chingaza, que abastece aproximadamente el 70 % del agua potable de la capital, se encuentra actualmente en un 50.26 % de su capacidad. Sin embargo, las autoridades insisten en que se necesita un uso responsable del agua y un aumento significativo en las precipitaciones para evitar una crisis aún mayo.
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💧El consumo de agua en Bogotá durante el 30 de diciembre fue de 16,48 m³/s. El nivel de los embalses del Sistema Chingaza se encuentra en 46,73 %. #CierraLaLlaveYa pic.twitter.com/m0qs3dSCXn
— Alcaldía de Bogotá (@Bogota) December 31, 2024
La combinación del fenómeno de El Niño y la falta de lluvias durante los meses previos ha exacerbado la situación. En abril, los niveles en algunos embalses estaban por debajo del 20 %, lo que llevó a la Alcaldía a implementar medidas drásticas de racionamiento.
La tendencia actual muestra una ligera recuperación, pero persiste la preocupación sobre si estas mejoras serán suficientes para enfrentar un posible nuevo periodo seco que se anticipa para principios de 2025.
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¿Cómo impacta el cambio climático en los embalses?
El impacto del fenómeno climático ha sido devastador. Las proyecciones iniciales esperaban que La Niña trajera alivio a la sequía; sin embargo, las condiciones climáticas no se han comportado como se esperaba.
Esto ha llevado a un descenso sostenido en los aportes hídricos durante meses críticos como agosto y septiembre. Las autoridades advierten que si esta tendencia continúa, los embalses no alcanzarán los niveles necesarios para afrontar la temporada seca.
Ante esta crisis, se han intensificado las campañas para fomentar un uso más eficiente del agua entre la población. La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) y otras entidades están trabajando para educar a los ciudadanos sobre la importancia del ahorro y la conservación del recurso hídrico.
Las recomendaciones incluyen reducir el consumo diario y adoptar prácticas más sostenibles en el hogar.
En conclusión, aunque hay signos de mejora en los niveles de algunos embalses, la situación sigue siendo crítica.
La combinación de factores climáticos adversos y un consumo irresponsable podría llevar a Colombia a enfrentar serios problemas hídricos si no se toman medidas inmediatas y efectivas. La ciudadanía debe estar consciente y actuar con responsabilidad para asegurar un futuro sostenible para todos.