Tatequito a inquilinos: propietarios los podrán poner de 'patitas en la calle' por acto muy común
Tomar una propiedad en arriendo, ya sea como propietario o inquilino, presenta sus propios desafíos y uno de los principales gira en torno a la convivencia.
Esta puede convertirse en un verdadero reto cuando surge un inquilino ruidoso y conflictivo, puesto que la armonía en la comunidad se ve amenazada, y los arrendadores tienen la obligación de solucionar la situación.
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En este escenario, es esencial que tanto inquilinos como propietarios respeten las normas de la comunidad de vecinos. La Ley de Propiedad Horizontal establece restricciones específicas para actividades que puedan ser perjudiciales para la finca.
El Código Civil, por su parte, otorga al propietario la posibilidad de finalizar el contrato en caso de actividades molestas por parte del inquilino, ofreciendo un respaldo legal para abordar la situación.
¿Qué hacer con un inquilino ruidoso?
Ante un inquilino conflictivo, la comunidad puede exigir al propietario que tome medidas para resolver el conflicto y restaurar la paz. La falta de acción por parte del propietario no solo puede deteriorar las relaciones vecinales, sino que también puede desembocar en demandas por actividades molestas, colocando al dueño de la propiedad en una situación legal complicada.
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En un intento de abordar el conflicto de manera pacífica, se sugiere una vía amistosa. El diálogo directo con el inquilino puede ser una solución eficaz. Sin embargo, si este enfoque no da resultados, se puede tomar una sanción pedagógica y económica.
En última instancia, si la situación persiste, recurrir a una demanda se convierte en una opción, permitiendo que la justicia determine la solución y las responsabilidades de ambas partes en el conflicto.
Arrendatario podrá terminar el contrato de arrendamiento si el inquilino es ruidoso
Por su parte, bajo la Ley 820 del 2003, el propietario de la vivienda o el arrendador tiene derecho a dar por finalizado el contrato de arrendamiento en caso de que el inquilino genere afectaciones a la convivencia y sus comportamientos afecten la tranquilidad de los vecinos.
"La incursión reiterada del arrendatario en procederes que afecten la tranquilidad ciudadana de los vecinos" se exclama literalmente en el artículo 22 de la Ley 820 del 2003.
Finalmente, estos procesos deben estar asesorados por un abogado de finca raíz, el cual le proporcionará al arrendador y al arrendatario herramientas para ponerle fin correctamente al contrato de arrendamiento.